El Camino de las palabras de Julio Figueroa

El camino de las palabras 

Julio Figueroa  

    

Dar la cara de vergüenza y de miedo al poder y a la vida, a la sociedad. Dar la cara. Aquí estoy.  

     Me gusta el frío de la mañana cuando estoy bien calientito y bien empalabrado.  

     ¿Cómo mantener la crítica y la generosidad? La crítica que todos merecemos y la generosidad de quien sabe que vivir es caer, y ha caído y ha seguido adelante. ¿Cómo aguantar la crítica y la generosidad del otro?  

     Perder el juego y seguir jugando a todo gas, con total desvergüenza.  

     Don Boni:

     –Es preciso hablar, es necesario / decir lo que sé, desvergonzarme / y abrir mis papeles chamuscados / en medio de tantas fiestas y gritos.  

     –¿Atentado o accidente? Carmen Aristegui. El contexto: “No importa tanto si fue accidente o atentado”. ¡¿Cómo?! “No importa tanto, porque el contexto para que un atentado sea posible en México sigue ahí… Si esto fue atentado o no, da exactamente lo mismo… Las condiciones para que ocurra un atentado siguen ahí. No ha cambiado nada. Si el gobierno mexicano no logra revertir las actuales condiciones, tendríamos que pensar que: si éste no fue un atentado, habrá un atentado.” (Carmen Aristegui, “El contexto”, Reforma, viernes 7-XI-2008). Por cierto, la novela más famosa de Leonardo Sciascia se llama El contexto. Su trama es simple y reveladora. El detective que sigue la pista de un crimen, descubre que todas las huellas llevan hacia el Palacio de Gobierno, y de pronto pum… Punto final.  

     Luto humano del poder. El poder también está compuesto por hombres y mujeres frágiles y falibles. Estremecedora y simple verdad.  

     –Para aprender se debe sufrir, decía Esquilo, pero en ocasiones las lecciones son demasiado dolorosas. (JFM; no soy yo). 

     Lamento los nueve muertos del avión oficial del poder, pero… ¿y los muertos de tierra, casi anónimos, cuántos fueron, quién se ocupa de ellos? Ni sus nombres sabemos. Todos son nuestros muertos, señor Presidente, no se olvide. No hay dos listas, con muertos de primera y muertos de tercera. Como no hay dos tiempos: arriba fueron diez segundos de desesperación y abajo horas de pánico.  

     México al rojo vivo. Desde hace siglos vamos de desastre en desastre. ¿Cuándo, dónde y cómo será el próximo? Cercados por la tragedia, la desgracia siempre nos sorprende. México al filo del fuego.     

     ¿Hay un rincón en el mundo donde pueda meterme y desaparecer?  

     El camino de la vida pasa por todas partes y desemboca siempre donde mismo.  

     Tener cosas que hacer y querer y poder hacerlas. Eso es todo. Andando.  

     Un tiempo más de vida es un texto más de vida.  

     Levantar y llevar una palabra, empalabrar el camino, dar espíritu: palabras. 

     Hay escritos menores que son grandes por sus circunstancias e implicaciones.  

     Chin, ya no sirvo para muchas cosas. Sólo para una. ¿Cuál?  

     50 años de La región más transparente y 80 de Carlos Fuentes. Escribe JEP:

     –Fuentes nombró lo que no tenía nombre, convirtió en personajes a los seres anónimos que recorrían esas calles transfiguradas por la perenne injusticia, la violencia de siempre, la victoria de la miseria, la especulación inmobiliaria y la tempestad del progreso. Recogió sus voces y sus ecos, sus rumores y hasta sus olores.  

     Es la hora matutina de los pájaros. Bebo café. Leo el ensayo de JEP sobre Fuentes y su novela total que ensaya la revuelta de los géneros:

     –Realismo crítico y literatura fantástica, prosa poética y subversión del lenguaje, novela popular y experimentación vanguardista: cuanto se ha hecho en la narrativa mexicana posterior a Fuentes se encuentra en acto o en potencia en esta novela, tan venturosa y tumultuosamente imperfecta como tan magistral y germinal, de un gran escritor ante quien nadie ha sido indiferente.  

     El escritor según JEP:

     –Ni un día sin pintar. Ni un día sin escribir. Ni un día sin pensar. Hoy como ayer y siempre, escritor es el que se arriesga, el que empieza como por vez primera todo el tiempo. Nunca está satisfecho ni cree saberlo todo para siempre. Escribir es una fiesta y escritor es el que sabe aprender y sabe transmitir lo aprendido.  

     Fiesta o sufrimiento o trabajo, escribir es una enajenación que es una liberación, una responsabilidad que es una libertad, una angustia que es un placer. Voy al baño. Preparo más café. Sigo leyendo al más puro JEP:

     –Ante el desastre sólo nos queda recomenzar, pero nadie sabe cómo ni en dónde ni cuándo.

     –Y ten presente siempre que todo se relaciona con todo y la tarea del escritor es buscar esas conexiones.

     –Hoy como ayer la obra toda de Fuentes es un intento por encontrar una respuesta narrativa y mítica, realista y fantástica a la pregunta sin contestación de qué es México. Extraño país abierto a los dos océanos y cerrado sobre sí mismo, a medio camino entre Europa y Asia, última frontera del mundo indígena y del mundo hispánico, en donde continúa la lucha iniciada hace más de dos mil años entre la Romania y la Germania y donde ni la Conquista ni la Colonia ni la Independencia ni la Reforma ni la Revolución han terminado.  

     Vuelvo a Marcos Winocur (1932, Córdoba, Argentina) y su pregunta y su respuesta personales:

     –¿Qué hacer, por dónde comenzar? Pues… no tengo otra medicina que ésta: mantenerme activo en cuerpo y alma, y en actitud de apertura a la contingencia.  

     Bien. ¿Y quién nos va a dar la historia del conflicto Fuentes-Krauze-Paz? Sería bueno saberla.  

     En el mismo suplemento de Milenio Diario, Laberinto (8-XI-2008), leo los duros juicios de Heriberto Yépez en su “Carlos Fuentes sin censura”:

     –La gran falla de Fuentes no es primordialmente literaria —tiene libros complacientes y libros bien escritos— sino su auto-oficialización vía el mayoriteo. Crítica de carro completo. A veces ya no se sabe si Fuentes tiene una obra o tiene una ópera.

     –Fuentes debería ser más inteligente y no autosabotear su posteridad. La fama dura dos sílabas. Ley no escrita sobre los escritores: un autor oficializado pasa a la congeladora de la crítica de una a dos generaciones posteriores. Lo cual, claro, puede ser injusto con lo literario.

     –Cada aplauso no pensado que un escritor recibe se vuelve una duda irónica contra su obra. Fuentes no ha aprendido esa lección básica. Ha aceptado demasiados aplausos de foca y para este momento ya sospechamos que se trata de aplausos grabados… En su siguiente vida, Fuentes tiene que volverse budista y erosionar su ego. 

     ¿Qué sigue? ¿Dónde estoy? ¿Hacia dónde voy? Ah, sí, claro. ¿Qué? La próxima semana es crucial en el caso BMW-Querétaro: el proceso virtual civil caminando y el proceso penal sepultado. Ya veremos qué ocurre. Estoy listo. Estaré informando.     

     La enseñanza de San Justino, “No se debe condenar a los cristianos sin oírles”, sólo cambio el nombre de “cristianos” por el de ¡Federico Ruiz Lomelí! Veamos a San Justino, gracias a Ana Onoana Ana:

     –Por llevar un nombre no se puede juzgar a nadie bueno ni malo.

     –De un nombre no puede en buena razón originarse alabanza ni reproche, si no puede demostrarse por hechos algo virtuoso o vituperable.

     –Lo que se debiera hacer es examinar la vida lo mismo del que confiesa que del que niega, a fin de poner en claro, por sus obras, la calidad de cada uno. 

     Así es. Estoy totalmente de acuerdo en esto. Fue mi ganancia de lectura, gracias a Ana Onoana Ana. 

     Don Boni:

     –El hombre tiene que amar a sus semejantes porque son siempre mejores que él.

     Claro, uno sabe quién es uno, uno no sabe quiénes son los otros. 

     ¿Por primera vez estarán frente a frente Federico Ruiz Lomelí y Miguel Gerardo Rivera Alcántar? La cita es el martes 18 de noviembre a las 9 de la mañana en el Juzgado Segundo Civil. Allí estaré para atestiguarlo. Y yo estaré en el interrogatorio el 20 de noviembre. A cada quien lo suyo. ¿Según quién eres y qué tienes? Chin, ya se torció la justicia, no es parejera en la tierra, menos en México. Pero veamos. 

     Levantarse y caminar por las palabras. 

     El escritor que no sabe comer silencio, no es escritor.  

     Ver las verdades más claras, aprenderlas, y olvidarlas.  

     Ir por todas las canicas y no llevarse ni una.  

     Amar tu desatino.  

     No es suficiente comer silencio, hace falta no envenenarse.  

     Crear libera el veneno.  

     Sólo creo en el oscuro Cimatario que está allí, al fondo, antes y después de nosotros.  

     Sola, la luna ve todo el mundo y está fuera del mundo y es parte del mundo, arriba del tinaco y los alambres y los anuncios.  

     Camino empalabrado de silencio.  

     Miseria y vacuidad, abajo y arriba.  

     Los neurótico no tienen corazón, dice Baudelaire; puro yo yo yo. 

     ¿Cómo poner el yo al servicio de la vida, sin renunciar al yo ni a los otros?  

     Los hechos no se mueven con deseos; allí empieza la madurez. 

     La realidad puede no decir la verdad pero siempre es la verdad.  

     Mi primera mirada a la calle me da la vida total del mundo.  

     Es la vida en un segundo –y sobra tiempo.  

     Palabras de luz: antorcha que alumbra la experiencia del camino.  

     Al filo del fuego.   

Qro. Qro.

Viernes 14-XI-2008.

juliofime@hotmail.com