La fiesta del Corpus…en Querétaro

La fiesta del jueves de  CORPUS…

 

En Querétaro todavía en los comienzos de la segunda mitad del siglo XX se acostumbraba en Plaza de Armas hacerse la vendimia del CORPUS, los puestos ofrecían caballos de cartón, espadas, cascos romanos, muñecas hechas en Celaya, dulces y juguetes de madera; todo para obsequiar a los niños con motivo de el Corpus Christi.

 

Las procesiones con el Santísimo eran dentro de los templos y los cantos recuerdan hasta ahora los tiempos cristeros de los años veintes del XX…” ¡Que viva mi Cristo que viva doquier, que impere su ley…Viva Cristo Rey”.

 

Si nos alejamos  al tiempo de la conquista europea de estas tierras recordaremos que la casa del Faldón tiene su origen en un pleito de precedencia en la procesión del Corpus entre un indígena autoridad y un gachupín.

 

Leamos el siguiente texto de la C P I:

 

La celebración de Corpus Christi tiene sus inicios en la ciudad de Lieja, Bélgica en 1246 por iniciativa del Obispo Robert de Torete, Posteriormente fue extendida a toda la iglesia occidental por el Papa Urbano IV. Según los teólogos; Corpus Christi significa: El cuerpo de Cristo .

 

La tradición de celebrar el Jueves de Corpus o día de las mulas, como es conocida en algunas regiones del país, fue introducida en México por los evangelizadores europeos, algunas versiones aseguran que desde 1529 ya se efectuaba dicha solemnidad.

 

Pasó el tiempo y en 1560, la fiesta era conocida por la alegría de la gente y la fastuosidad con que se hacía la procesión. Daba inicio desde la catedral y transitaba por todos los rumbos de la ciudad, en la celebración participaban cientos de habitantes de los barrios de la Nueva España.

 

La peregrinación salía por la puerta poniente de la Catedral y era encabezada por el arzobispo, lo acompañaban: El virrey, los sacerdotes, las ordenes religiosas, los acólitos, las autoridades del municipio, las cofradías y el pueblo en general. Al paso de la comitiva, la gente arrojaba flores y por delante varias niñas tiraban pétalos de rosa.

 

En la explanada de la catedral, se congregaba una gran cantidad de personas, lo que dio origen a la instalación de tianguis lleno de sabor y color: se vendían frutas, antojitos y juguetes. Así como artesanías, flores, loza de barro, telas y muchas cosas más.

 

De esta celebración surgió la primer feria de la Nueva España con características de un país popular, en la cual no solamente se juntaban artesanos, agricultores, productores y comerciantes para vender sus mercancías sino, además se llevaban a cabo espectáculos y diversiones.

 

Se efectuaban peleas de gallos y se celebraban las famosas «mascaradas», que eran desfiles llenos de alegría y color. Toda esta celebración se prolongaba durante varios días.

 

Artesanos y comerciantes venían de diversos pueblos de México y traían su mercadería en el lomo de las mulas, en huacales o costales de yute, lo que explica la aparición de estos juguetes, «las mulitas», hechos con hojas de maíz secas y patas elaboradas con varitas de campo.

 

Dichas artesanías son adornadas con flores de papel crepé en vivos colores y espolvoreadas con diamantina blanca, se representan cargando sobre el lomo pesados huacales rellenos y decorados con dulces, frutas secas y otros objetos ornamentales.

 

De esta forma fue como surgió del ingenio indígena bellas artesanías en miniatura como por ejemplo: cazuelas, jarros, platos, cántaros, ollas, anafres, comales; así como cestos para tortillas, molcajetes, coladeras, embudos, metates etc.

 

Tiempo después se hizo costumbre llevar a niños y niñas con vestimenta indígena, ropa hecha de manta, huaraches, sombreros de petate y huacales repletos de enseres domésticos.

 

Las niñas visten su clásico atuendo: blusa blanca hecha de manta, adornos de flores en cuello y mangas, falda de percal con rayas horizontales en colores vivos, huaraches, rebozo de color chillante y llevan en la mano una canasta con frutas y flores naturales.

 

Tradicionalmente, la fiesta de Corpus se festejaba un día jueves, pero ahora también es celebrada el domingo de la misma semana. En esta ocasión mercados, atrios y aceras de las parroquias se ven cubiertas por decenas de artesanías obviamente destacando las mulitas.

 

El día de Corpus vemos a muchos padres llevar por las calles a sus hijos vestidos con indumentarias tradicionales indígenas, que van rumbo a la Catedral Metropolitana, la Basílica de Guadalupe, y las parroquias católicas alrededor de todo el país, para que el sacerdote los bendiga.

 

Este día festivo lleno de alegría, color y fervor; dan a la ciudad, pueblos y comunidades un sentido más humano, que nos invita a reflexionar en que somos un pueblo con historia, rico en tradiciones, que han perdurado a través del tiempo y que la presencia de los pueblos indígenas está viva en todos los mexicanos