Un Regalo queretano a la Catedral Metropolitana de México

CAPILLA DE SAN MIGUEL O DE LOS ÁNGELES

RETABLO LATERAL.

Corresponde esta capilla a la torre del lado del poniente. Su bóveda fué concluida de 1653 a 1660, pero parece que con el tiempo se deterioró a tal grado que el marqués de Mancera tuvo que reconstruirla totalmente, pues en el testimonio citado antes y enviado a España en la carta. del virrey de 11 de abril de 1667, aparece que se reconstruyó el arco sobre que había de cargar la bóveda de la capilla de San Miguel, que fué cerrado el 17 de julio de 1665; y el 17 de noviembre del propio año se concluyó la bóveda de la capilla.

Reconstruida la bóveda de la capilla, fué decorada con altares barrocos y dedicada a los Santos Ángeles y principalmente a San Miguel Arcángel como jefe de todos ellos.

La advocación de la capilla se halla descrita en forma inimitable por el autor del artículo acerca de las capillas de la Catedral, que se encuentra en el Calendario de Galván de 1874. Dice así, página 61: «La sétima capilla está dedicada a los Santos Ángeles. En el altar mayor están las estatuas de los siete príncipes, cuyos nombres constan de la Santa Escritura y de revelaciones hechas a unos justos especialmente al Padre Antonio Duque, rector de una iglesia en Palermo, donde se descubrió una pintura de los siete arcángeles pintada en una pared, el cual padre tuvo revelación de los nombres y estando en Roma consiguió del Papa Pío IV fuese dedicado un templo en las termas de Diocleciano bajo la advocación de Santa María de los Ángeles con título cardenalicio.

DETALLE

Es curioso dar noticia así de los nombres de estos soberanos espíritus con su interpretación. El primero es San Miguel. Potestad de Dios. ¿Quién como Dios? Capitán general de la milicia celestial en sus batallas con Lucifer.

El segundo es Gabriel, Fortaleza de Dios, embajador que trajo la gran plenipotencia para tratar de la Encarnación del Verbo de Dios.

El tercero, Rafael, Medicina de Dios, por donde viene la salud a los hombres.

El cuarto, Uriel, Fuego de Dios, con el que enciende los corazones en el amor divino y fué el que arrojó a nuestros padres del paraíso.

El quinto es Salathiel, Orador ante Dios por el perdón de los pecados.

El sexto es Gehudiel, Remunerador que imparte las coronas de los justos e intima la sentencia de los réprobos.

El séptimo es apellidado Baraquiel, Alabanza de Dios.

Los tres últimos se aparecieron a Abraham y le revelaron el Misterio de la Augusta Trinidad.»

En 1711 la capilla sufrió un incendio que la arruinó totalmente, al grado que la lámpara de plata que en ella existía quedó hecha pedazos. En el cabildo de 4 de diciembre de ese año se propuso que, puesto que se sabe que hay persona dispuesta a donar otra lámpara nueva, se le entreguen los fragmentos de la vieja con un tintero y salvadera de plata que existían en la misma capilla y ahora guardaba el licenciado Robles, sacristán del templo.

INTERIOR DE LA CAPILLA DE LOS ÁNGELES.

El doctor don José Torres Vergara, heredero de don Juan Caballero y Osio, arregló la capilla como se ve en la actualidad, con retablos barrocos edificados a base de columnas salomónicas circundadas de pámpanos, el año de 1713.

Las pinturas que adornan los retablos se deben al gran artista Juan Correa, que firma algunas de ellas en 1714. Avaloran los nichos de los retablos, esculturas talladas y estofadas de los siete príncipes y la santísima Virgen de bastante mérito.

Escogió esta capilla para su morada final el insigne mexicano don José Damián Ortiz de Castro y aún puede verse en ella su sepulcro. Sin embargo sus deseos no fueron cumplidos, pues se encuentra enterrado en al iglesia parroquial de Tacubaya. Ojalá se realizara un acto de justicia para el autor de al fachada de la Catedral, trasladando sus restos al sitio en que él quiso que reposasen hasta la hora del juicio final.