El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) “se encuentra en medio del caos”
y varias de las decisiones de sus autoridades parecen “encaminadas a la privatización”
.
Así lo sostuvieron ayer trabajadores de diversas áreas de esa dependencia, los cuales dieron a La Jornada diversos ejemplos de “la situación de ingobernabilidad”
que prevalece en la institución.
Uno de los más preocupantes, en su opinión, es “el daño al patrimonio nacional que está ocurriendo en el Museo Nacional de Arte (Munal)”
, debido a la falta de supervisión con respecto a su alquiler para actos y fiestas privados.
“Para nadie es un secreto que la directiva del museo renta los espacios, en particular el salón principal y el patio, aun en horarios de servicio, lo que a veces provoca que se impida el paso al público en esas áreas”
, señalaron.
“Esa es una situación que ha provocado daños al inmueble, en algunos casos han podido revertirse, pero en otros no. Por ejemplo, cuando se usa el patio, se coloca una gran lona cuyo peso es exagerado por las estructuras de metal que la sostienen. Esto ha dañado el plafón y provocado grietas, que en épocas de lluvia se convierten en numerosas goteras que, entre otras cosas, han afectado los murales del edificio.”
Cenas de gala y desfile de modas
Tras afirmar que han intentado convencer a las autoridades de no seguir rentando el inmueble o cuando menos no utilizar dicha lona, los trabajadores informaron que no hay día específico para dichos actos privados, que entre otros son “cenas de gala, celebraciones de cumpleaños de funcionarios federales, desfiles de modas u otro tipo de actos de empresas como Nissan o General Motors”
.
Aseguraron que a punto de cumplir 100 años, lo cual ocurrirá en 2011, “el Munal está cayéndose, además de que muchas de sus obras presentan deterioros”
por no estar bajo condiciones óptimas, pues el aire acondicionado no funciona.
“La mentalidad de los funcionarios es la de masacrar el patrimonio, además de que con sus acciones demuestran que van en camino de la privatización”
, aseguraron, y como ejemplo de esto último revelaron que muchas de las tareas que antes eran realizadas por elementos de planta del museo, ahora son efectuadas por personal externo o por honorarios. “En 1982 éramos 180 trabajadores, ahora somos 60”
.
Citaron como prueba de ese desplazamiento laboral que actualmente se contrata a empresas privadas para montar las exposiciones, así como para encargarse de las museografías, además de la cuestión de la seguridad del recinto, empresas que, a decir de los trabajadores, no siempre son las mejor calificadas para encargarse de esos trabajos.
Un caso extremo que demuestra esa incapacidad ocurrió hace dos o tres meses, cuando un trabajador de una de esas empresas murió en el hospital tras caer al piso en su intento por reparar el aire acondicionado.
Otro ejemplo del “desinterés que las autoridades del INBA muestran hacia el patrimonio artístico”
, según los trabajadores, tiene que ver con la falta de un sistema de climatización en las bodegas del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam), instancia que depende del instituto.
“Es algo que hemos pedido desde hace 20 años y no nos hacen caso. Para todos es sabido que si una obra no tiene ciertas condiciones, se daña, y en esas bodegas tenemos, entre otras, pinturas de Frida Kahlo y el doctor Atl”
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De acuerdo con los trabajadores, “la mala situación en la que se encuentra la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) es un reflejo de lo que sucede en el INBA”
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Al respecto, informaron que hace tres semanas fueron robadas de las oficinas de esa orquesta tres computadoras lap top por un individuo que se hizo pasar como personal del propio instituto mediante un memorándum apócrifo.
“Hasta el momento nadie ha hecho algo, no se interpuso denuncia ni un acta, sin importar que en esas máquinas había información personal de los músicos de la sinfónica, la cual podría poner en riesgo a las personas.”
También relacionado con la OSN, mencionaron “el estado lamentable de la biblioteca”
de la agrupación, la cual se encuentra ubicada en un viejo edificio de la calle de Regina, en el Centro, y tiene justo en la mitad una alcantarilla que desborda de aguas negras cada vez que se inunda la calle.
“Pero estamos en el instituto de ‘no pasa nada’, ¡y pobre de aquel o aquellos que se atrevan a opinar en el INBA!, porque son disidentes, mal vistos. Esa es la actitud de los funcionarios panistas: prepotencia, amenazas. Estamos en una situación caótica”, recalcaron.