Historia de Los Trapenses

HISTORIA de la trapa;
Pasado y presente

Los monjes trapenses pertenecen a la familia monástica que sigue la Regla de San Benito, documento escrito en Monte Cassino, Italia, en el siglo VI.
Seguen dicha Regla según la interpretación contemplativa promovida por la reforma cisterciense del siglo XII. Este movimiento renovador del monaquismo benedictino comenzó en el año 1098 con la fundación del monasterio de Císter, cerca de Dijon, Francia.
El nombre latino de Císter es Cistercium y los monasterios que siguen dicha reforma se llaman «cistercienses». Impulsado por Bernardo de Claraval (1090-1153), quien había entrado en Císter a la edad de 22 años con otros miembros de su familia, el movimiento cisterciense se propagó rápidamente a lo largo de Europa hasta llegar a ser, a fines del siglo XIII, más de 500 monasterios.
El sobrenombre de «Trapense» proviene de un segundo movimiento de reforma, esta vez dentro de la familia cisterciense, que empezó en el siglo XVII en el monasterio francés de La Trappe, en Normandía. Las comunidades que abrazan esta reforma suelen llamarse «trapenses» y sus monasterios «trapas».
La reforma de La Trappe se realizó gracias a la conversión de un joven clérigo de la corte del rey de Francia, Armand-Jean De Rancé (1626-1700). Culto, mundano, fogoso, De Rancé siente la llamada de Cristo y la urgente necesidad interior de llevar una vida monástica austera. Cuando tiene 37 años, comienza a vivir en La Trappe, dirige la restauración de los edificios y se hace monje de la pequeña comunidad; luego fue su abad y dio inicios a la reforma de la vida monástica, no sin una oposición considerable. La comunidad experimentó un nuevo dinamismo, una disciplina nueva, un desbordamiento de amor a Dios y a los hermanos.
En poco tiempo la reforma fue aprobada por el Papa Inocente XI y, a la muerte de De Rancé, La Trappe era una comunidad radiante de 90 monjes fervorosos. Desterrados durante la revolución francesa, los monjes volvieron a Francia a principios del siglo XIX. La iglesia abacial de La Trappe, se reconstruyó en su condición actual durante la segunda mitad del siglo XIX.
Hoy existen varias Ordenes monásticas en la familia cisterciense. El nombre oficial de los trapenses es «Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia», cuya sigla es «O.C.S.O.» La Orden cuenta en la actualidad con 100 casas de monjes y 70 de monjas. La mitad de dichos monasterios están en Europa.
En el mundo entero, hay más de 4000 miembros de la Orden trapense, de los cuales más de 300 están en América Latina, donde hay ahora 7 monasterios de monjes (Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, México, República Dominicana y Venezuela) y 6 de monjas (Argentina, Chile, Ecuador, México, Nicaragua y Venezuela), con un monasterio de monjas asociado en el Perú. El monasterio de Azul, se fundó en 1958 por un grupo de monjes venidos de la Abadía de San José, cerca de Spencer (Massachusetts), en los EE.UU. Azul fue la primera casa trapense en América Latina. Se hizo priorato autónomo en 1969 y abadía en 1984.

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