El mercado religioso a todo lo que da, en Brasil

Brasil: la Iglesia adopta el “marketing religioso”

Anne Vigna

Confesionarios al aire libre en Brasil.

 

(apro).-

Los integrantes de la banda chilanga Cielo Abierto llegaron con la imagen de la Virgen de Guadalupe y ofrecieron su concierto “Noche de adoración”.

No tuvieron tanto éxito como los sacerdotes-cantantes brasileños, pero se hicieron un lugar en los espacios comerciales de la Ciudad de la Fe, nombre que adoptó la “más grande exposición católica de 2013”, según la página web del evento.

Se trata del mayor parque de exposiciones de Río, que hace un año recibió a la comunidad internacional para el evento Río+20, y que ahora alberga a los católicos que venden de todo en medio de los conciertos de grupos de música religiosa: desde llaveros con la imagen del Papa Francisco hasta muebles para iglesias.

De hecho, para la Jornada Mundial de la Juventud que se celebra en esta ciudad se diseñaron nuevos modelos de playeras estampadas que se venden por centenas. Juan Martínez compró una decena para toda su familia. “Se ve que aquí hay un verdadero mercado. En mi país, Venezuela, ni siquiera puedo encontrar una sola playera así”, comenta.

Desde hace años el publicista Kater Filho, también creador de la Ciudad de la Fe, habla de “mercado” para nombrar a la Iglesia y de “clientes” cuando se refiere a los fieles. Filho es autor del best-seller El marketing aplicado a la Iglesia católica que está a la venta en la Ciudad de la Fe. Considera que “la Iglesia es un muy buen producto, pero que aún tiene que mejorar su estrategia de venta”.

Gracias a los seminarios que imparte tanto a sacerdotes como a organizaciones católicas, la Iglesia sabe ahora hablar de “marketing religioso” y logra vender cada vez más productos.

De hecho, sorprende ver a jóvenes que gritan de emoción cuando oyen cantar a un sacerdote. Incluso intentan tocarlo. Tal es el resultado más exitoso de la corriente Renovación Carismática que ha transformando en rock stars a algunos sacerdotes guapos. Esta corriente nació en Brasil hace más de 30 años con un propósito: detener el avance de los grupos evangélicos.

Apoyados en la música y en los medios de comunicación y de la música, los autodenominados carismáticos usan un lenguaje simple que “despierta la fe y la alegría en los fieles”, comenta Alex Mazaroto, uno de los productores de Canção Nova, el imperio mediático de la Renovación Carismática.

En la Ciudad de la Fe, Canção Nova vende con gran éxito la nueva creación del padre Fabio Melo: “La canción Lluvia de gracia tiene todo las claves del éxito. El padre Fabio Melo sabe transmitir emociones”, comenta Mazaroto.

Como Benedicto XVI, el Papa Francisco tiene que estar al menos una vez con uno de esos sacerdotes-cantantes, y en especial con el padre Marcelo Rossi, quien genera la mayor venta de libros y discos en este mercado.

“El Papa Francisco también es un muy buen comunicador. Entonces, junto con Marcelo Rossi, va ser un éxito total. Y es exactamente lo que la Iglesia católica necesitaba: un papa sonriente, simpático y con carisma”, piensa Ironi Spuldano, animador de la televisión siglo XXI, una de las televisoras del movimiento de la renovación.

Además de las ventas de productos –como discos, camisetas y cruces–, Renovación Carismática organiza “campamentos” durante todo el año para jóvenes solteros o parejas.

Tan exitoso como Canção Nova es el movimiento Shalom, que incluyó en sus métodos la apertura de cafeterías para evangelizar a los jóvenes mientras comen una hamburguesa. Ahora, además de comida, tiene una diversidad de productos a la venta.

El “gran gurú” Kater Filho tenía razón: la Iglesia es un muy buen producto.