A 200 años de inaugurada la catedral de México

Celebrarán con diversas actividades los 200 años de la inauguración de la Catedral

El inmueble fue construido a lo largo de tres siglos y consta de cinco naves y 16 capillas laterales; fue levantado sobre el terreno fangoso del Valle de México encima de las ruinas del templo al dios Quetzalcóatl, una de las principales deidades de los mexicas.

Testigo de la historia del país, referente de los mexicanos e icono de México, y por lo demás imponente por su belleza arquitectónica, la Catedral Metropolitana celebra 200 años de su inauguración.

El deslumbrante inmueble fue construido a lo largo de tres siglos y consta de cinco naves y 16 capillas laterales; fue levantado sobre el terreno fangoso del Valle de México encima de las ruinas del templo al dios Quetzalcóatl, una de las principales deidades de los mexicas.

 

Incluso, para su edificación fueron utilizados materiales de los edificios derruidos de los aztecas, civilización derrotada por los españoles comandados por Hernán Cortés.

 

Debido a que la catedral fue construida a lo largo de tres siglos, se caracteriza por su estilo ecléctico, resumen y muestra de diferentes escuelas estéticas, entre las cuales sobresale el barroco aunque también el neoclásico.

 

De acuerdo con información de la Arquidiócesis de México sobre el proceso de construcción, el documento más antiguo que se tiene, en el que se ordena la construcción del templo, data del 8 de octubre de 1544 y fue expedido por la reina de España en Valladolid.

 

No obstante, el inicio de su construcción tuvo algunos contratiempos, sobre todo por tratarse de un terreno fangoso, por lo que los trabajos de cimentación iniciaron en 1562.

 

Una serie de acontecimientos hizo que al poco tiempo fueran suspendidos estos trabajos y no reanudados hasta años después, siendo quizá un presagio de las vicisitudes que habrían de acompañar al templo más importante de la Iglesia católica de México.

 

Todo indica que, tras superar los problemas para la cimentación, la primera piedra de la obra fue colocada al inicio de la década de los años 70 del siglo XVI, y algunos historiadores fechan el dato en 1573.

 

Según la fuente, para 1585 ya se trabajaba en las capillas de la catedral, diseñada a semejanza de la de Sevilla, aunque algunos historiadores le encuentran mayor parecido a la de Jaén. En 1615 ya contaba con los muros que circunscriben el templo y los que separan las capillas a más de la mitad de su altura.

 

También ya estaban hechos todos sus pilares y se habían cerrado ocho bóvedas. La obra empezaba a tomar ritmo de construcción hasta 1629, cuando sucede una de las peores inundaciones ocurridas en la ciudad de México, e incluso se piensa en mudar de lugar a la urbe, lo que afectaría la construcción del templo.

 

Pero no ocurrió tal y las obras fueron retomadas en 1635, y cinco años después el templo contaba ya con dos bóvedas de la capilla de los Reyes terminadas y cinco de las naves procesionales.

 

La obra avanzó en las siguientes décadas del siglo XVII: se levantaron las bóvedas de las naves principales, techos, torres laterales, capillas, arcos, muros, y para 1667 se terminó de cerrar la última bóveda de la nave mayor que cae sobre la portada principal.

 

Los trabajos se dirigieron entonces hacia el exterior, a las portadas y a las torres. La portada principal quedó concluida en su cuerpo bajo hacia 1672 y en los años restantes de ese siglo se construyó el primer cuerpo de la torre oriente, así como las portadas oriente y poniente.

 

Dado que ya era utilizable para oficiar misa, la catedral tuvo pocos adelantos durante el siguiente siglo, aunque sobresalen las tribunas que rodean el coro, el presbiterio, el Altar de los Reyes y se colocó en coronilla del cimborrio, estructura en forma de torre que da realce a la nave principal, una cruz de fierro.

 

Finalizó la edificación de la Catedral Metropolitana el arquitecto español Manuel Tolsá, quien corrigió desproporciones arquitectónicas y armonizó los diferentes estilos que reúne el principal templo católico del país.

 

En su interior y exterior, el inmueble es una escuela de los diferentes estilos arquitectónicos y estéticos que se sucedieron a los largo de tres siglos de construcción desde gótico y barroco hasta neoclásico.

 

Por ejemplo, el gótico se puede apreciar en las bóvedas de la sacristía, con sus nervaduras y terceletes de ese estilo. Pertenecen al barroco las portadas del frente, oriente y poniente de la Catedral, pero sobre todo su interior, destacando el Altar de los Reyes y la Capilla de los Ángeles.

 

En el interior del templo se encuentran ejemplos del estilo neoclásico: en sus capilla y retablos, algunos reconstruidos del barroco a la nueva escuela; y en los altares tallados en cantera de las capillas: Nuestra Señora de los Dolores, Señor del Buen Despacho, Santa María la Antigua y Nuestra Señora de Guadalupe.

 

El principal templo católico del país, ubicada en el centro del corazón de la capital, la Catedral Metropolitana, celebrará el bicentenario de su inauguración, del 15 de agosto al 28 de noviembre del año en curso con conciertos de música sacra, concursos, exposiciones pictóricas y fotográficas, así como visitas guiadas.