La Jornada
Entre 3 y 5 mil personas ingresan diario al Museo Dolores Olmedo para admirar la exposición
Gran expectación causan las obras de grandes nombres del arte, como Renoir, Matisse, Picasso o Modigliani
Años de pláticas con recintos franceses preceden la exhibición, dice la directora de comunicación del recinto de La Noria, Adriana Jaramillo
Permanecerá hasta el 19 de enero
Martes 7 de enero de 2014, p. 4
Entre 3 y 5 mil personas por día es el promedio de visitantes que registra la exposición Obras maestras del Musée de l’Orangerie conforme se acerca el fin de su estancia en México, lo cual ocurrirá el próximo 19 de enero.
A las afueras del Museo Dolores Olmedo, sede de la muestra integrada por 30 cuadros de 11 de los nombres más reconocidos de la pintura de todos los tiempos, entre ellos Matisse, Renoir, Picasso y Modigliani, la fila para ingresar es enorme, de casi un centenar de metros, lo cual implica una espera de entre una y hasta dos horas.
Ello da cuenta del interés que ha generado esta exhibición en el país, convirtiéndose de antemano en una de las más importantes y taquilleras que han llegado a territorio nacional en años recientes, con una afluencia de más de 120 mil visitantes hasta la fecha.
Detrás de esta muestra hay varios años de pláticas y negociaciones entre el Museo Dolores Olmedo y sus pares franceses los museos l’Orangerie y de Orsay, que por vez primera en su historia acceden a prestar a una instancia internacional tal cantidad de piezas de su colección permanente.
Así lo destaca Adriana Jaramillo, directora de comunicación del recinto mexicano, quien cuenta que el acercamiento con dichos espacios galos se remonta a 2009, a partir del interés de ambas partes por estrechar vínculos y promover el intercambio de sus respectivos acervos, con el fin de acentuar la importancia del coleccionismo.
Así como la columna vertebral del museo mexicano está sustentada en la colección de obras de Diego Rivera y Frida Kahlo, integrada por Dolores Olmedo, la del Musée de l’Orangerie fue conformada por el famoso galerista Paul Guillaume, quien conoció y convivió con artistas como Max Jacob, Pablo Picasso, Amedeo Modigliani y Guillaume Apollinaire, entre otros.
Ese afán de acercamiento entre ambas entidades museísticas explica el porqué en correspondencia a la muestra que se presenta actualmente en México, el Musée de l’Orangerie exhibe de forma simultánea en sus salas la exposiciónFrida Kahlo-Diego Rivera, el arte en fusión.
Esta exposición está integrada por 70 pinturas, 35 de las cuales pertenecen al acervo del Dolores Olmedo y el resto a otras colecciones particulares, y permanecerá en aquella nación hasta el 13 de enero próximo, para luego regresar a sus respectivos lugares de origen.
En lo que respecta a las 35 pinturas pertenecientes a la colección del Dolores Olmedo, éstas serán colocadas de nueva cuenta en las salas del museo, aunque con una nueva museografía, lo cual forma parte de los festejos del 20 aniversario de la apertura del recinto, que se cumplen en septiembre de este 2014.
La llegada de las 30 obras maestras procedentes del l’Orangerie, valuadas varias de ellas en decenas de millones de euros
, fue posible gracias al apoyo de varias instancias privadas y públicas que contribuyeron a solventar los gastos de traslado y el costo de los seguros, cuyo monto no fue revelado por Adriana Jaramillo por cuestiones de seguridad.
Incluso, las dos instituciones francesas ya mencionadas, las cuales dependen del gobierno de aquella nación, estaban dispuestas a prestar el doble de cuadros, pero los altos costos de las fianzas impidieron a su contraparte mexicana hacer posible ese que era el proyecto inicial.
Dada la importancia y los valores artístico, histórico y económico de las pinturas, diversas autoridades del Ministerio de Cultura de Francia, así como personal técnico especializado en seguridad y conservación, visitaron el Museo Dolores Olmedo antes de dar su visto bueno para hacer el préstamo de la muestra.
Según refiere Adriana Jaramillo, la evaluación obtenida por el recinto fue más que positiva, siendo calificado en materia de seguridad entre los 10 museos más seguros del mundo. De allí que no se les solicitó ninguna medida especial a las que el museo tiene establecidas de por sí, ni se debieron contratar servicios de seguridad externos.
Además del caudaloso número de visitantes, otra de las razones que explican las largas filas afuera del Dolores Olmedo tiene que ver con la protección y la preservación de los 30 cuadros.
Lo anterior en el sentido de que las salas deben mantener una temperatura de entre 21 y 23 grados centígrados, y la congregación excesiva de personas dentro de ellas, por el calor corporal, incrementa ese tope. A ello se aúna que no hay tiempo límite para disfrutar de la exhibición.