Las seis primeras biblias de Gutenberg

Las seis primeras biblias de Gutenberg

Princeton recibe un tesoro

La familia del filántropo William H. Scheide cede su colección de libros raros, valorada en 300 millones de dólares

VICENTE JIMÉNEZ

Nueva York

El País

La Universidad de Princeton ha recibido el tesoro más grande y valioso de su historia: libros raros valorados en 300 millones de dólares que incluyen las seis primeras biblias impresas, entre ellas la de Gutenberg de 1455, considerado por los expertos el volumen principal más antiguo publicado en Europa. Se trata de la colección del filántropo y erudito Williams H. Scheide, fallecido en noviembre pasado a la edad de 100 años y alumno del curso de 1936 del citado centro. El presidente de Princeton, Christopher L. Eisgruber, calificó el legado recibido como “unas de las mayores colecciones de libros y manuscritos raros del mundo”, según la nota publicada por la prestigiosa institución.

La colección, de unas 2.500 piezas y alojada en la universidad de Nueva Jersey desde 1959, incluye, entre otras joyas, la impresión original de la Declaración de Independencia de Estados Unidos, partituras musicales del puño y letra de Beethoven, Bach, Mozart, Wagner y Schubert; un discurso manuscrito de Abraham Lincoln de 1856 sobre los problemas de la esclavitud; una edición de obras de Shakespeare de 1623, siete años después de su muerte; y cartas y telegramas del general Ulysses S. Grant de las últimas semanas de la guerra civil estadounidense.

Pese a que la colección está valorada en unos 300 millones de dólares, sus principales obras tienen un significado que excede cualquier cifra

Pese a que la colección está valorada en unos 300 millones de dólares, sus principales obras tienen un significado que excede cualquier cifra. Las biblias de Gutenberg son la primera expresión de un sistema de impresión que revolucionó el conocimiento en Europa y en el mundo y que supuso uno de los grandes saltos de la humanidad.

Los folios de Shakespeare constituyen “el trabajo más importante jamás hecho en lengua inglesa”, según la valoración de los expertos de la Folger Shakespeare Library, institución creada en 1932. La edición de las obras completas de 1623 también tiene un valor incalculable. 18 de las 36 piezas incluidas en el volumen no se habían impreso nunca antes. De no ser por dicho trabajo, la mitad de las obras de Shakespeare se habría perdido irremediablemente.

La colección, que está siendo digitalizada para que se pueda acceder a ella desde cualquier lugar del mundo, seguirá alojada en la Biblioteca Firestone de Princeton, a donde llegó en 1956, cuando Scheide la trasladó desde la casa familiar de Titusville, en Pensilvania.“Gracias a la generosidad de Bill Scheide, una de las mayores colecciones de libros raros y manuscritos en el mundo tendrá hoy un hogar permanente aquí», dijo Eisgruber. “No puedo imaginar nada mejor que esta maravillosa colección como centro de nuestra biblioteca. Estamos muy agradecidos por la dedicación eterna de Bill Scheide a Princeton y su compromiso de compartir su colección con académicos, estudiantes y generaciones venideras».

«La generosidad de Bill era legendaria. El verdadero valor de la colección es el apoyo que presta a los programas académicos de la Universidad. Gracias a estos documentos y volúmenes se hicieron grandes descubrimientos. Es la biblioteca de un erudito y posee un gran valor para la investigación”, afirma la bibliotecaria de la Universidad, Karin Trainer.

La colección fue iniciada en 1865 por al abuelo de Scheide, un rico ejecutivo del negocio del petróleo, a los 18 años

El comunicado emitido por la universidad también recoge la valoración de Anthony Grafton, especialista y profesor en Princeton de la Europa del Renacimiento. “En esencia, la biblioteca Scheide es la colección más rica de los primeros documentos impresos en la Europa del siglo XV. Sus magníficos libros y manuscritos iluminan muchas áreas, desde la impresión de la Biblia a las formas en que los más grandes compositores crearon su música”, dijo.

La colección fue iniciada en 1865 por al abuelo de Scheide, un rico ejecutivo del negocio del petróleo, a la edad de 18 años. Su hijo, John H. Scheide, alumno del curso de 1896 de Princeton, enriqueció la colección y construyó la biblioteca en Titusville. El hijo de este, William, comenzó a adquirir libros y manuscritos en 1954. La colección siguió en la ciudad de la familia hasta que falleció su madre en 1959. Entonces fue trasladada a Princeton.

Scheide continuó construyendo la colección familiar hasta poco antes de su muerte con la ayuda de su esposa, Judy M. Scheide. “Esta colección es el cumplimiento de los sueños de tres generaciones de hombres de libros”, dijo. “Que residan en Princeton es un testimonio de la generosidad de Bill. Sus momentos más felices eran cuando mostraba las obras a la gente, especialmente a los jóvenes, a los que hacía toca los libros y experimentar lo que él llamaba el factor sorpresa”.

Además de los libros raros, la gran pasión de Scheide fue la música. Comenzó a tocar el piano a los 6 años y estudió Historia en Princeton cuando la universidad no disponía de departamento de música. Obtuvo una maestría en esta especialidad en 1940 en la universidad de Columbia y fundó el Bach Aria Group, que dirigió durante 35 años.

A su condición de musicólogo y filántropo, Schiede sumó una profunda conciencia social. Financió el grupo de derechos civiles National Association for the Advancement of Colored People, que planteó la famosa demanda Brown vs. Junta de Educación de la ciudad de Topeka (Kansas), hito judicial que en 1954 marcó el inicio del fin de la segregación racial en las escuelas de Estados Unidos. Durante 38 años siguió colaborando y financiando la lucha en favor de los derechos de los afroamericanos.