Eso es, y no es, algo extraordinario.

Después de todo, difícilmente se puede esperar que en un país donde no existe industria cinematográfica, y en el que casi no hay apoyo para los cineastas, abunden candidatos para los premios más prestigiosos del “séptimo arte”.

Pero eso sólo hace de la selección de Serra y su obra “La Parka”, postulada en la categoría de documentales cortos, algo doblemente remarcable.

Y más cuando se tiene en cuenta que el proyecto empezó, muy humildemente, en un aula de clase.

Porque la cinta nominada al Oscar fue el trabajo final de Serra para el curso Taller de Documental del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) de Ciudad de México, adonde llegó para completar su formación hace poco más de seis años.

La invitación a la 87 edición de los Oscar le llegó a Serra con una reflexión sobre la muerte en un matadero mexicano.

“Es la única película que he dirigido hasta la fecha”, cuenta a BBC Mundo Serra, quien está a punto de graduarse en la especialidad de cinefotografía.

“Es el retrato de un trabajador de un rastro (matadero), que se llama Efraín, al que conocen como La Parka, porque es el encargado de matar a las vacas”, explica.

“Visualmente es una película muy visceral, muy detallista, muy sugerente y, por momentos, un poco fuerte”.

“E incluye una voz con la que (Efraín) reflexiona sobre su relación con la muerte, sobre los familiares que ha perdido y cómo esto se vincula con su oficio”.

Una búsqueda visceral

Según el nicaragüense, la idea empezó a gestarse cuando empezó a confrontarse con las abundantes taquerías de las calles de la Ciudad de México.

“Me sorprendió. En ninguna ciudad de Latinoamérica había visto tanto consumo de carne en la vía pública”.

“Se me vino a la cabeza una imagen de 25 millones de cabezas de vaca y de 25 millones de habitantes comiéndose esas reses y empecé a preguntarme de dónde venía tanta carne”.

“Y esto me llevo a buscar un rastro grande, estando en el rastro encontré a Efraín, La Parka, y con él encontré la muerte”, le dice a BBC Mundo.

En total, Serra le dedicó al proyecto unos ocho meses de trabajo: cuatro de producción, y otros tantos de postproducción, con una filmación que tomó ocho días.

Y todo el proceso, así como el éxito que luego tendría “La Parka”, terminaría ayudándole a entender mejor su relación con el denominado séptimo arte.

“Me encontré reflexionando por qué hago cine. Y hago cine porque creo que es una especie de encuentro con mi parte espiritual, mis intuiciones y las corazonadas que traigo”.

“Y me gusta este proyecto porque nace de una especie de pregunta-obsesión, de algo muy visceral: cada quien tiene sus propias búsquedas en su vida y para mí es un proyecto, en ese sentido, muy maduro, porque son temas y cosas que venía abordando desde hace rato pero que ahora pude llevar a un plano mucho más alto”.

Orgulloso pero tranquilo

El nicaragüense, sin embargo, reconoce que lo que funciona para él no tiene por qué entenderse como una receta.

Y tampoco parece dispuesto a dejar que el éxito se le suba a la cabeza.

“De las cosas más bonitas que pasaron en este proyecto, y de las que uno siempre tiene que aprender, está el trabajo en equipo: como el buen trabajo en equipo y la buena comunicación genera grandes cosas”, le dice a BBC Mundo.

“Y lo mismo con dedicarle toda la energía a un proyecto: yo creo mucho en darle a las personas y a los proyectos el 100% de mi atención, así como también en saber escuchar, en ser muy humilde a la hora de escuchar a la gente que respetas”.

Y aunque no niega que la nominación al Oscar lo llena de orgullo y satisfacción, también asegura que la posibilidad de ganar o perder no le quita el sueño.

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Los nominados al mejor corto documental

• “Crisis Hotline: Veterans Press 1?, de Ellen Goosenberg Kent y Dana Perry.
• “Joanna”, de Aneta Kopacz
• “Nuestra maldición” (Our Curse), de Tomasz Sliwinski y Maciej Slesicki
• “Tierra Blanca (White Earth), de J. Christian Jensen.
• “La Parka” (The Reaper), de Gabriel Serra