Rareza cósmica

 

EUROPA PRESS).-

Descubrir cuánta energía impregna el centro de la Vía Láctea, un hallazgo que publica este jueves la revista Science Advances, podría dar nuevas pistas sobre la fuente fundamental del poder de nuestra galaxia, explica L. Matthew Haffner, investigador de la Universidad Aeronáutica Embry- Riddle, en Estados Unidos.

El núcleo de la Vía Láctea vibra con hidrógeno que ha sido ionizado o despojado de sus electrones para que tenga mucha energía, explica Haffner, profesor asistente de Física y Astronomía–. Sin una fuente continua de energía, los electrones libres generalmente se encuentran y se recombinan para volver a un estado neutral en un período de tiempo relativamente corto”.

“Ser capaz de ver el gas ionizado de nuevas maneras debería ayudarnos a descubrir los tipos de fuentes que podrían ser responsables de mantener todo ese gas energizado”, asegura.

El estudiante graduado de la Universidad de Wisconsin-Madison Dhanesh Krishnarao (“DK”), autor principal del artículo, colaboró con Haffner y el profesor Bob Benjamin, de la Universidad de Wisconsin-Whitewater, un experto líder en la estructura de estrellas y gas en la Vía Láctea.

Antes de unirse a Embry-Riddle en 2018, Haffner trabajó como científico de investigación durante 20 años en la Universidad de Washington, y continúa sirviendo como investigador principal del Wisconsin H-Alpha Mapper (WHAM), un telescopio con sede en Chile que se utilizó para el último estudio de equipo.

Para determinar la cantidad de energía o radiación en el centro de la Vía Láctea, los investigadores tuvieron que mirar a través de una especie de cubierta de polvo hecha jirones.

Además de más de 200.000 millones de estrellas, la Vía Láctea también alberga parches oscuros de polvo y gas interestelar.

Benjamin estaba mirando los datos WHAM de dos décadas cuando vio una ‘bandera roja’ científica, una forma peculiar que sobresalía del oscuro y polvoriento centro de la Vía Láctea.

La rareza era el gas de hidrógeno ionizado, que aparece rojo cuando se captura a través del sensible telescopio WHAM, y se movía en dirección a la Tierra.

La posición de la característica, conocida por los científicos como el “disco inclinado” porque parece inclinada en comparación con el resto de la Vía Láctea, no puede explicarse por fenómenos físicos conocidos como la rotación galáctica.

El equipo tuvo así una rara oportunidad de estudiar el disco inclinado sobresaliente, liberado de su cubierta de polvo irregular, usando luz óptica.

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