Juan José Arreola, maestro de los escritores mexicanos del siglo XX

Por Marta Elena Munguía Zataraín

Juan José Arreola no sólo es un escritor fundamental en la historia de la literatura mexicana, sino que su presencia en el mundo editorial, en la televisión, en la docencia, lo hizo un personaje conocido por amplios sectores sociales, aun por los que están más distantes de la vida literaria. Se trata de una figura imprescindible para el crecimiento y fortalecimiento de la cultura en México por su trabajo en la formación de la nueva generación de escritores, por su participación en los medios de difusión, revistas, libros y programas culturales de televisión, que ensancharon el horizonte de millones de receptores.

Hablar de Arreola es hablar de un mundo de referencias literarias universales, es evocar la pasión por el lenguaje en su máxima posibilidad expresiva, en su sonoridad y sus sentidos recónditos, es revivir el deleite por la forma, experimentar el placer del ingenio, la risa y la vitalidad; Arreola es memoria, es depositario de una larga tradición con la que juega, a la que recrea y enriquece. Con Arreola se parte siempre de la tierra natal, de lo oral, de las raíces, del decir de la gente del campo para elevarse hecho arte a las regiones más altas de la cultura universal. Para entender cabalmente su propuesta artística es imprescindible tener en cuenta estas coordenadas apenas enunciadas aquí.

Arreola nació en Zapotlán el Grande, hoy Ciudad Guzmán, Jalisco, el 21 de septiembre de 1918 –“nací, como alguna vez lo dije, entre pollos, chivos, guajolotes, vacas, burros y caballos”–;[1] fue el cuarto de catorce hijos que procrearon Felipe Arreola Mendoza y Victoria Zúñiga. Después de un largo ir y venir por distintas partes del país y del mundo: Zapotlán, Guadalajara, Colima, Ciudad de México, París, volvió a Guadalajara, donde murió el 3 de diciembre de 2001.

Su obra, a pesar de no ser muy extensa, abarca una gran diversidad de géneros: novela, prosa poética, cuento, teatro, estilización de textos ajenos, fragmentos. Sus escritos se han recogido en diferentes libros: Varia invención (fce, 1949); Confabulario (fce, 1952) –vale la pena consignar que este libro sufrió una serie de modificaciones en las sucesivas ediciones, por ejemplo, en la de 1955 (fce) corrige y aumenta los textos que lo componen; en 1962 bajo el sello del Fondo de Cultura Económica aparece con el título de Confabulario total (1941-1961), y ahí integra Bestiario, Confabulario y Varia invención; se vuelve a editar con nuevas correcciones en 1966. Bestiario (unam, 1958); La feria (Joaquín Mortiz, 1963), su única novela; Palindroma (Joaquín Mortiz, 1971). Como dramaturgo, nos han quedado dos obras suyas: La hora de todos (Los Presentes, 1954), que se integró a Varia invención y Tercera llamada ¡tercera! O empezamos sin usted (farsa de circo en un acto) que forma parte de Palindroma. “Gunther Stapenhorst” es un cuento que no incluyó en ninguno de sus libros, pero fue publicado originalmente en 1946 (Costa-Amic) y más tarde, en 2002, se vuelve a publicar en un libro independiente con dos fragmentos de una novela que no terminó. En 1979 Jorge Arturo Ojeda reúne textos diversos de carácter ensayístico en un libro que publica bajo el título de La palabra educación. Otra faceta de la creación literaria de Arreola que debe ser tenida en cuenta es la memorística, dos textos en los que habla por medio de la pluma de otros que lo escucharon y compusieron la obra reconstruyendo su voz: Memoria y olvido. Vida de Juan José Arreola (1920-1947) a cargo de Fernando del Paso (1994) y El último juglar. Memorias de Juan José Arreola, por Orso Arreola, su hijo (1998).

Notas
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Fernando del Paso, Memoria y olvido. Vida de Juan José Arreola (1920-1947), México, D. F., Fondo de Cultura Económica, 2003, p. 23.

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