Louise Glück, decimosexta mujer a quien otorgan el Nobel de Literatura
Con austera belleza hace universal la existencia individual, pondera la Academia Sueca
Europa Press, Ap, Xinhua, Afp y Sputnik
La Jornada
Estocolmo.
La poeta estadunidense Louise Glück, de 77 años, se convirtió ayer en la decimosexta mujer en ser reconocida con el Premio Nobel de Literatura, galardón que este año tiene un toque feminista.
Tras una serie de escándalos y polémicas que empañaron las recientes ediciones del premio literario más emblemático del mundo, la elección de 2020 de la Academia Sueca era especialmente imprevisible, según los críticos.
El jurado concedió a Glück el premio por su inconfundible voz poética que con austera belleza hace universal la existencia individual. Su poesía encaja en el discurso feminista sobre lo que significa ser mujer, añade la investigadora en literatura Allison Cooke.
La poeta, que trata siempre de estar alejada de los reflectores, recibió la noticia en su casa de Cambridge, Massachusetts, y dijo a la agencia de noticias sueca TT que su teléfono no paraba de sonar y que luchaba por expresar sus sentimientos sobre el galardón.
La Academia Sueca hizo pública la conversación telefónica en la que anunciaron a la escritora la buena noticia: No me importa (conversar y responder preguntas), pero de verdad necesito un café ahora y algo más. Denme dos minutos, fueron las primeras palabras de una emocionada Glück.
Acerca de lo que significa para ella el Nobel de Literatura, la poeta respondió con humor, primero con un ni idea, y luego ironizó sobre las envidias que podría suscitar entre el resto de autores recibir un galardón tan prestigioso.
“Mi primer pensamiento fue que me iba a quedar sin amigos, porque la mayoría son escritores. Pero luego pensé que eso no pasará. Realmente no sé lo que significa (ganar el Nobel); es un gran honor.
En términos prácticos, quiero comprar otra casa en Vermont; tengo una en Cambridge, y bueno, ya puedo hacerlo. Pero sobre todo estoy preocupada por mantener mi vida privada junto a las personas que quiero. El teléfono no ha dejado de sonar todo este rato.
Una meta que no se alcanza en vida
Louise nació en 1943 en Nueva York. Es profesora de inglés en la Universidad de Yale, New Haven, Connecticut.
Hizo su debut literario en 1968 con el poemario Firstborn y de inmediato fue aclamada como una de las poetas más destacadas de la literatura contemporánea estadunidense. Ha recibido varios premios de prestigio, entre ellos el Pulitzer (1993) y el Premio Nacional del Libro en Estados Unidos (2014).
Ha publicado 12 volúmenes de poesía y algunos de ensayos, también sobre poesía. De acuerdo con el jurado de la Academia Sueca, su obra se caracteriza por la búsqueda de claridad. La infancia y la vida familiar, la estrecha relación con padres y hermanos es una temática que ha seguido siendo central para ella.
Entre sus libros, los suecos destacan Averno (2006), interpretación visionaria del mito del descenso de Perséfone al infierno en el cautiverio de Hades, el dios de la muerte, y calificaron de logro espectacular su libro Faithful and Virtuous Night (2014).
Otra de las obras más elogiadas de Glück es The Wild Iris (1992), en la que describe el milagroso regreso de la vida después del invierno en el poema Snowdrops, destacado también por los académicos que han concedido el premio.
La editorial valenciana Pre-Textos es la principal responsable de la publicación de la obra de Glück en español. Con ellos se encuentran los títulos El iris salvaje, Ararat, Averno, Las siete edades, Vita nova y Praderas, entre otros.
En una entrevista de 2012 con la Academia de Logros, la escritora declaró que los reconocimientos mundiales hacen que la existencia en el mundo sea más fácil, pero que su verdadera meta como artista no era alcanzable en vida.
Quiero vivir después de que muera, expresó entonces, y no hay manera de saber si eso ocurrirá ni habrá forma de saberlo, no importa cuántos listones azules peguen a mi cadáver.
Anders Olsson, presidente del comité de literatura del Nobel, detalló que los versos de Glück, a menudo con influencias clásicas, examinan la vida familiar y están marcados por una inteligencia austera, pero también juguetona, con un sentido refinado de composición.
Escribo para hablar a quienes he escuchado
Criada en una familia de origen húngaro judío, la poeta ha dicho que un problema de anorexia que padeció en la adolescencia y la terapia que recibió influyeron en su escritura incisiva.
Uno de sus poemas, Japonica (un grupo de mariposas), recuerda el refinado arte de los pintores japoneses: Los árboles florecen / en la colina. / Llevan / grandes flores solitarias, / japónicas.
Para la autora, los poemas no perduran como objetos, sino como presencias. Cuando lees algo que merece recordarse, liberas una voz humana: devuelves al mundo un espíritu compañero. Leo poemas para escuchar esa voz. Escribo para hablar a aquellos a quienes he escuchado, escribió Glück en su ensayo Pruebas y teorías, que obtuvo el premio PEN/Martha Albrand.
La poeta describe su infancia como solitaria. Su hermana mayor murió poco después de nacer.
Mis interacciones con el mundo como ser social eran poco naturales, forzadas, como representaciones, y yo era más feliz cuando leía. Bueno, no todo fue así de sublime, vi mucha televisión y también comí mucho, narra.
Una de sus heroínas de infancia fue Juana de Arco, a quien dedicó un breve poema en 1975: Y ahora las voces responden que debo convertirme en fuego, según el plan de Dios.
Tras abandonar los estudios, se casó y luego se divorció rápidamente. Con un segundo matrimonio, encontró más estabilidad: volvió a la escuela y se convirtió en universitaria. Es madre de un varón.
Debido a la pandemia, la ceremonia de entrega del Nobel de Literatura de este año se celebrará en el país de la laureada (que será invitada a Estocolmo el próximo año), y será transmitida de forma virtual.