«La Aparente Seguridad»

La aparente seguridad

Eve Gil

La Jornada Semanal

Ana Solís posee lo que toda mujer contemporánea puede soñar: independencia económica, su propia agencia de publicidad (en sociedad con tres grandes amigos), libertad absoluta para disfrutar la vida, atractivos amantes y, por si fuera poco (aunque era de esperarse) es guapa, alta y voluptuosa. Cuenta, además, con la pasión y la lealtad de Rolando, un hombre apuesto y sensible con quien no ha querido concretar una relación seria, pese a la inmejorable disposición de él. La parte no tan perfecta del conjunto, según se vea, es que trabaja demasiado y ha consagrado su existencia a elevar cada vez más la calidad de sus proyectos publicitarios. Pero las altas expectativas y la búsqueda de perfección no le han impedido disfrutar de la vida, al contrario: disfruta del trabajo y del orden. La única mácula en su vida es un episodio de la infancia que parece cancelado, aunque no borrado: “[Ana] reducía el espacio para el olvido y el equívoco: era una persona que se asombraba y desconcertaba cuando había alguna falla en sus acciones.”

Cuando Ana conoce al afamado fotógrafo Héctor Lucero, que es atractivo pero pendenciero, cree que las cosas no pasarán de una cogida. De hecho, Héctor es un tipo bastante machista y manipulador. La impresión cambiará un poco
en la siguiente cita que Ana no creyó que se diera, no por su parte. Hay algo en Héctor que la envuelve, más que mera atracción. Se trata de un macho dominante, cuyas palabras y actitudes derrochan sexo. Ana, que siempre ha hecho lo que le da la gana, se siente irremediable y literalmente arrasada por la potente personalidad del fotógrafo, aunque en sus ratos de sensatez reconoce que es un ególatra. Le divierte que ella lo vea coqueteando con otras; la compara con mujeres de su pasado y le habla de otras de su presente, con admiración o con desprecio. Lucero no tardará en hacer sentir a Ana que es inadecuada, que está gorda, aunque emplee un tono bromista y dulzón para hacérselo ver. La Ana del inicio se va deteriorando imperceptiblemente. Se somete a los ultrajes y humillaciones de su amante y cae enferma cada vez que él desaparece, se aleja, no le contesta el teléfono. Un trauma de la infancia regresa para recordarle que nunca debió confiar en ese hombre, demasiado tarde: Ana, emocionalmente mutilada, está a punto de perderlo todo, incluso lo que más ama, que es el pequeño imperio que ha levantado con sus propias manos. Y uno vuelve a preguntarse: ¿por qué las mujeres se dejan arrollar de esa manera por hombres que ni siquiera están a su altura? ¿Por qué hay hombres que parecen disfrutar pisoteando a las mujeres que los aman? Se dice que la literatura no ofrece respuestas, sino preguntas, pero Cuando escuches el trueno, de Julieta García González (Literatura Radom House, México, 2017) también contesta entre líneas a estas interrogantes.

Nacida en Ciudad de México en 1970, García González comenzó a escribir para revistas y antologías de cuentos desde muy joven. Su primera novela, Vapor (2004), tuvo muy buena recepción por parte de la crítica, pero es un divertimento comparada con Cuando escuches el trueno, la segunda. En el ínter ha publicado libros de relatos, por lo que es mucho más conocida como cuentista. Nada de su trabajo previo nos preparaba para este gancho al hígado, en el que cada personaje está finamente construido y se nos va abriendo de manera paulatina y sorprendente. No se trata sólo de Héctor y de Ana, también de aquellos que la rodean y presencian su transformación; su literal desaparición (pierde el apetito, no tolera la comida), y esa preocupación, ese enojo, ese desconcierto nos traspasa, como si Ana fuera nuestra amiga perdida… y no faltarán las que se identifiquen con ella…, la mayoría de las lectoras, me atrevería a afirmar, porque los misóginos y sociópatas como Héctor Lucero se las ingenian de maravilla para confundirse entre la gente común, y las chicas maravillosas como Ana, que han sabido resurgir de sus traumas, deambulan en igual medida, aparentando seguridad en sí mismas.

 

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