Lino Gómez Canedo

Lino Gómez Canedo
Biografía
Gómez Canedo, Lino. Laracha (La Coruña), 24.VI.1908 – México, 24.XII.1990. Franciscano (OFM), historiador americanista.

Estudió Humanidades en el colegio de Herbón y después de pasar por el convento de Canedo (Ponteareas, Pontevedra), cursó Filosofía en el de Vistahermosa (Orense), y Teología en Santiago, donde profesó en la Orden Franciscana en 1929 y se ordenó sacerdote en 1931. Su salud era por entonces poco estable, por lo que hubo que dudar a la hora de asignarle un destino prometedor de estudiante universitario.

En vista de su gran capacidad intelectual y de su inclinación a los estudios históricos, fue designado ayudante del padre Atanasio López en sus investigaciones históricas, alternando con otros trabajos ministeriales. En 1933 marchó a Roma para estudiar Historia Eclesiástica en la Universidad Gregoriana, en la que se licenció en 1937 y se doctoró en 1939, así como Biblioteconomía en la correspondiente escuela de la Biblioteca Vaticana, y Archivística, Paleografía y Diplomática en la escuela del Archivo Real del Estado. Instalado en Madrid desde 1941, estuvo al frente de la casa de escritores Cardenal Cisneros, que debió restaurar, fue elegido como uno de los primeros miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y enseñó Historia Eclesiástica durante 1941 y 1943 en el seminario conciliar de Madrid. En 1951 se incorporó a la Academy of American Franciscan History de Washington, en la que trabajó durante las décadas siguientes. Este “desembarco” en América, sueño de su vida, le brindó las mejores oportunidades para llevar a cabo sus iniciativas historiográficas.

Gómez Canedo inició sus investigaciones americanistas con becas y subvenciones de organismos públicos como la Junta de Relaciones Culturales del Ministerio de Asuntos Exteriores, en 1946, y la Fundación Creole y el Programa de Becas de la Organización de Estados Americanos, en 1958. Con este apoyo pudo recorrer gran parte de los países hispanoamericanos, Estados Unidos y Canadá, para recabar nueva información sobre la acción española en América, sobre la historia de los franciscanos en el Nuevo Mundo y sobre la educación de las poblaciones indianas, tema por el que sentía gran pasión. Aprovechándose de la hospitalidad franciscana, pudo realizar investigaciones en archivos y bibliotecas de Italia, Austria, Hungría, Francia, Inglaterra, Alemania, Bélgica, Holanda, Suecia y Dinamarca.

Sin gran atractivo por la docencia, dictó cursos en la Saint Bonaventure University de Estados Unidos, la Universidad de Puerto Rico y la Universidad Nacional Autónoma de México, acerca de la historia de América y su metodología. Asistió a diversos congresos internacionales de historia y archivística, y participó intensamente en comisiones y comités reunidos para establecer criterios ecdóticos actualizados, campo en que se venía padeciendo una grave anarquía entre los cultivadores de la historia novohispana.

Siempre dentro de su actividad histórico-documental, reorganizó el archivo diocesano de San Juan de Puerto Rico, cuyos fondos se hallaban amontonados en un rincón, pronunció conferencias en distintos centros y ofreció cursillos a los doctorandos de escuelas especializadas y universidades. Era académico correspondiente de la Real Academia Gallega, de la Real Academia de la Historia, de la Academia Colombiana de Historia, de la Academia Colombiana de Historia Eclesiástica, de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela y de la Sociedad

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