48 BMW 48 de Julio Figueroa

bmw.JPG  Marco Antonio Hernández Galván,muere la carne y pervive el espíritu. 

 

48  BMW  48  Julio Figueroa  

     1- Cuatro años del Caso BMW-Querétaro. 1 460 días del crimen, 1 460 días de impunidad, 1 460 días bajo su tumba sin sosiego del joven de 18 años que era pura vida: Marco Antonio Hernández Galván: 17 de mayo de 1986 – 27 de noviembre de 2004 – 27 de noviembre de 2008… Sus tres tiempos.  

     2- No, no era mi hijo ni mi pariente ni lo conocía. ¿Debo esperar que maten a un hijo propio para clamar justicia? ¿Van a esperar a que maten a un hijo suyo para gritar? Los papás de Marco siguen deshechos, sin mucha fuerza para nada. El dolor los entierra.  

     3- Si Federico Ruiz Lomelí no fue el homicida, ¿quién fue, señor procurador Juan Martín Granados Torres? ¿Por qué tanta ineficiencia y oscuridad en la averiguación previa I/929/2004? No nos hagamos. Ustedes nos pueden acusar y condenar por daño moral pero la sociedad abierta los condena y acusa por asesinato y encubrimiento. A cada quien lo suyo. ¿Y el daño físico y espiritual del muerto?  

     4- Supe del caso estando en la ciudad de México, en los primeros días de diciembre de 2004, por algunos correos electrónicos de amigos informándome de los acontecimientos de Querétaro. Lo pensé mucho. Y por ese acto de pensar estoy aquí. No me arrepiento. Al contrario. Es uno de mis pocos aciertos en la vida. Y al fin escribí y envié mi primer texto de luz sobre el tema el 15 de diciembre de 2004.  

     5- En mi primer escrito sólo hacía reflexiones generales y algunas preguntas, apoyándome en un texto de Gabriel Zaid, “Pudores homicidas” (Cómo leer en bicicleta, México, 1975), sobre la triste noche de Tlatelolco y el imprescindible libro de Poniatowska. En él escribe Zaid:

     –¿Cómo vivir contemplando ese espejo que nos echa en cara tantas muertes?

     –¡Qué bueno que haya tenido el valor [Elena Poniatowska, en su libro La noche de Tlatelolco, 1971] de enfrentarse al espejo de esa noche horrenda, durante meses, durante años, recomponiendo la explosión en la memoria colectiva, recomponiendo el espejo roto en mil pedazos por nuestra furia y nuestro desconsuelo! ¡Qué bueno que tenga el pudor, el verdadero pudor, de hacernos examinar esa herida!

     –No sanaremos de Tlatelolco mientras no bajemos al infierno de esa noche hundida en la zona de nuestras vergüenzas. Mientras creamos que todo fue una pesadilla que afortunadamente ya pasó. Mientras creamos que la represión y el homicidio son una mancha horrenda nada más de los otros, sin verla en nuestra falsa cortesía, en nuestra falta de valor civil, en nuestro terror de tocar, ni con la más remota crítica, a nadie, desde nuestros íntimos hasta los personajes públicos. Mientras la crítica no pueda ser más que chisme, insulto, balazos o autocrítica desde arriba.  

     6- En marzo y en abril de 2005 recibí dos montones de periódicos queretanos. Meses detonantes del caso. Después de cien días de silenciar el crimen.  

     7- Luego me fui a Jalisco y Colima, donde estuve vendiendo periódicos y muebles, entre otras cosas. Caminé dos puntas de los dos estados. Pero siempre seguí el asunto queretano, mes tras mes, por Internet.  

     8- Regresé a Querétaro un domingo 20 de noviembre de 2005, con dos mil pesos en la bolsa y sin tener dónde vivir. Gracias a una persona desconocida que sin conocerme me dio hospitalidad en su casa. Me desnudé en Plaza de Armas el viernes 25 de noviembre, a las doce del día. Permanecí en la plaza durante catorce días, durmiendo a la intemperie. Tuve un encuentro de cuatro horas con FHRL el martes 29 de noviembre. Conocí a varios amigos y maestros del Kikín Queretano pero no a sus papás, a quienes conocí hasta el año siguiente. Todos me hablaron muy bien del joven muerto por salvar a su amigo. Me fui de la plaza el viernes 9 de diciembre, después de tener una audiencia de media hora con el secretario de Gobierno, Alfredo Botello Montes. Y aquí sigo desde entonces en Querétaro, ocupándome del caso moralmente. Con la sentencia de Milan Kundera fija en la conciencia:

     –La lucha contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido. 

     9- ¿Qué me mueve a ocuparme durante cuatro años (más los que falten) del caso BMW-Querétaro? Todo el mundo me pregunta y se pregunta eso. Respondo: sólo me mueven las palabras. La libertad, la crítica, la impunidad, la justicia… la impunidad del poder, la crítica al poder, la lucha ciudadana democrática. No la verdad, la vida: no quiero la verdad de la muerte del Kikín, quiero sostener la vida del Kikín en su tercer tiempo.  

     10- Soy un palabrero ambulante. Nadie me cree. Pero eso soy.  

     11- Las palabras exactas y verdaderas no cambian el mundo pero lo alumbran por dentro.  

     12- Sostengo además que las más grandes verdades en la tierra admiten el error y el equívoco.  

     13- Las palabras precisas expresan el espíritu del mundo (verdad, error y sueño, realidad y deseo, ideal y mentira). ¿Cómo alcanzarlas? Tratando de hacerlo, aunque no lleguemos.  

     14- El espíritu de las palabras del escritor es el espíritu de sus actos verdaderos.           

     15- ¿El escritor se esconde detrás de las palabras? Falso. El escritor se desnuda en y con las palabras. Y al desnudarse, desnuda la inocencia y la corrupción del mundo. Somos parte del mundo desnudo o abigarrado. 

     16- Palabras que son hechos que son personas que son espíritu que son carne que son cosas y son actos… que son vivos y muertos, palabras.  

     17- El cuerpo de Marco Antonio está muerto; sigue vivo su nombre, y hoy lo conocen más allá de su tierra.  

     18- La carne muere con la carne. El espíritu vive en el espíritu. De lo que se trata, por tanto, es de hacerse espíritu y crear espíritu. Sin olvidar al hermano cuerpo y sin dejar de darle lo suyo. Lo que sale de uno y va a los otros, eso es espíritu. Lo que uno toma de los otros, es espíritu. El verbo es cuerpo y es espíritu. Muere la carne y a veces pervive el espíritu en otro espíritu que es cuerpo. Es la cadena del ser.  

     19- Dar la vida por salvar la vida de un amigo, es la más grande muerte, dice la enseñanza bíblica cristiana. Marco Antonio Hernández Galván siguió esa enseñanza.  

     20- Palabras en la tumba del Kikín Queretano: “Los postes de la portería son las aperladas puertas del cielo. Dios es el único árbitro, Él hace todas las reglas y no hay apelación contra ellas. Aquí está el balón, amigo, esta alma inmortal.” (Vero y amigos). Jugaba de portero.   

     21- Frío por fuera y caliente por dentro; voy a mi piedra de los sacrificios: la Red Global de Información (Internet).  

     22- A Lucinda Ruiz Posada y a Antonio Fosado, en sus gloriosos cumpleaños. ¡Gracias, amigos queretanos! Y no olviden que “un año más de vida es un año menos de vida”. Es la dialéctica de la vida.  

     23- Descansen los males del cuerpo en la tierra y flote en el tiempo el espíritu del maestro Carlos Dorantes (1942-2008). Amén.  

Qro. Qro.

Centro Cultural Manuel Gómez Morín.

Jueves 27 de noviembre de 2008.juliofime@hotmail.com

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