América latina volando sin motor

América Latina, volando sin motor 

IPS 

Los motores del crecimiento se están apagando «uno a uno», tanto en el «canal real» como en el «canal financiero» en Latinoamérica, señaló la secretaria Ejecutiva de la Cepal al presentar un desalentador balance de la región en el que prevé un crecimiento máximo de 1.9 por ciento el próximo año.  

Santiago. La región de América Latina y el Caribe crecerá apenas 1.9 por ciento en 2009, y la cantidad de gente sin empleo puede aumentar de 16 a 17.8 millones de personas, a causa de la crisis financiera internacional, de acuerdo con la Cepal. 

Pese a las turbulencias, en 2008 la economía de América Latina se expandió 4.6 por ciento, completando seis años de crecimiento consecutivo, detalla el «Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2008», presentado en la capital chilena por la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena. 

 

La Cepal espera una «desaceleración» en el primer semestre de 2009 y una «gradual recuperación» en los seis meses que siguientes, señaló la representante de esta agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). 

De no ser así, el producto interno bruto (PIB) de la región «puede crecer a cero», lo que implica no crecimiento, alertó Bárcena. América del Sur crecería 2.4 por ciento, América Central 2.1 por ciento y el Caribe 1.9 por ciento.  

Lidera la lista Perú, con un crecimiento estimado de cinco por ciento, seguido de Panamá, con 4.5 por ciento, Uruguay y Cuba, con cuatro por ciento, y Venezuela y Bolivia, con tres por ciento.  

Más abajo se ubica Argentina, cuyo PIB se expandiría en 2.6 por ciento, y Brasil, con 2.1 por ciento.  

La actividad económica de Chile, Colombia, Ecuador, Nicaragua, Honduras y Paraguay se expandiría dos por ciento, mientras que México cierra la lista con un crecimiento esperado de sólo 0.5 por ciento.  

Lo más preocupante de 2009 será el mercado laboral, especificó Bárcena. La tasa de desempleo puede aumentar del actual 7.5 por ciento a un rango de entre 7.8 y 8.1 por ciento, sumando entre uno y 1.8 millones de nuevos desempleados. 

También se espera que aumente el empleo informal, más precario y de peor pago. 

En su presentación, Bárcena comparó las economías de la región con un avión sin motores, que vuela como un planeador. Su único impulso es el crecimiento de los años anteriores, explicó.  

En el primer ámbito, se destaca la desaceleración de las exportaciones, la caída del precio de los bienes primarios, la reducción de las remesas, los menores ingresos por turismo y la disminución de los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED).  

En materia financiera, ha aumentado el costo del crédito externo y disminuido la disponibilidad de financiamiento internacional.  

Según la Cepal, en 2008 la cuenta corriente de América Latina arrojará un ligero déficit de 0.6 por ciento del PIB regional, mientras que en 2009 el déficit alcanzaría 2.5 por ciento.  

En tanto, las cuentas públicas anotarán en 2008 un superávit de 0.3 por ciento del PIB regional, y un déficit de 1.5 por ciento en 2009.  

Bárcena indicó que las reservas internacionales de la región sumaron 510 mil millones de dólares en 2008.  

Sin embargo, entre los factores que contribuyeron a su aumento figuran las entradas de capital financiero.  

«Esta característica le da alguna dosis de fragilidad al stock de reservas, en especial en algunos países de la región, teniendo en cuenta la volatilidad que caracteriza a ese tipo de recursos», señala el documento de más de 90 páginas. A diferencia de otras crisis, el sector privado es el más expuesto en estos momentos. En Chile, por ejemplo, la deuda externa privada representa nueve por ciento del PIB, mientras que la pública es de dos por ciento.  

La buena noticia es que la inflación bajaría desde 8.5 por ciento en 2008 a seis por ciento en 2009.  

Aunque la funcionaria reconoció que vivimos «una crisis económica inédita, desde la Gran Depresión de 1929″ y que el escenario proyectado para la región a corto plazo es preocupante, se mostró relativamente optimista frente el futuro, gracias a las últimas señales dadas por los gobernantes latinoamericanos.  

En particular, se refirió a las cuatro cumbres simultáneas sostenidas esta semana por los 33 países de la región en el complejo turístico brasileño de Costa do Sauípe, nororiente del país. «Yo veo (el panorama) con un optimismo cuidadoso porque la región está fortaleciéndose mucho a sí misma. Sin esta crisis, (tal vez) no hubiéramos estado en la ocasión de que todos los jefes de Estado estuvieran en la misma sintonía, preocupados de las mismas cosas», declaró Bárcena a IPS tras la conferencia de prensa.  

«Independiente de los colores políticos, estamos logrando en la región una convergencia de intencionalidades, de decir vamos todos a poner en práctica políticas sociales, vamos a aprender los unos de los otros», observó.  

Hay «una enorme avidez por entender qué está haciendo cada país, cómo se pueden combinar, cómo se pueden hacer más esfuerzos de cooperación», apuntó.  

A su juicio, la región ha aprendido algunas lecciones del pasado, entre las que se destaca la implementación de políticas contracíclicas que promuevan la demanda en momentos en que ésta se contrae, mediante el aumento del gasto público.  

La secretaria ejecutiva de la Cepal llamó a los países a impedir que la crisis aumente la inequidad, a preservar el gasto social, a apostar por la inversión en infraestructura y a evitar el proteccionismo.  

Asimismo, los invitó a buscar soluciones conjuntas, promoviendo la integración regional, coordinando políticas macroeconómicas, profundizando el comercio intrarregional y fortaleciendo la institucionalidad de la región.  

Finalmente, Bárcena señaló que la crisis abre una puerta para pensar un nuevo rol para el Estado y para reabrir la discusión sobre los paradigmas del desarrollo económico dominantes.  

En este último sentido, Bárcena señaló que los países ya están convergiendo en dos ideas fuerza: evitar sesgos de inequidad en las medidas del Estado y avanzar en «mayor regulación y supervisión», aunque sin caer en los excesos, concluyó. 

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