Juchitecas bordan cubrebocas

 

Diana Manzo
Corresponsal

La Jornada

Juchitán, Oax., Los pedidos de trajes regionales se interrumpieron al cancelarse las fiestas tradicionales en el Istmo de Tehuantepec por la pandemia del Covid-19, lo cual provocó una crisis en la economía de las artesanas zapotecas, quienes, para recuperarse, tejen y bordan cubrebocas.

Bellas Juchitecas es el nombre de la agrupación formada por 20 artesanas de Juchitán, Oaxaca, quienes buscan colocar en el mercado mascarillas que ellas mismas confeccionan con tejidos tradicionales que se plasman en las enaguas y huipiles.

Para su elaboración usan cuatro telas: dos cubiertas de algodón, un pellón blanco y tela satín, donde se coloca el bordado, de tal forma que sea protectora y segura para el usuario, además de que es lavable.

Las artesanas tienen de 13 a 60 años de edad y la mayoría, con más de 20 años de experiencia, hacen trajes regionales, pero forzadas por la pandemia elaboran cubrebocas por primera vez.

Hace una semana comenzaron a bordarlos a propósito de la entrada en vigor de la fase 3, que sugiere el uso obligatorio de tapabocas en espacios públicos, por lo que esperan que sus ventas se logren y puedan mejorar la crisis económica que viven.

En bastidores de madera colocan la tela diseñada y con aguja e hilo multicolor bordan y tejen cada mascarilla. Este trabajo artesanal les lleva entre ocho y 10 horas.

Cada mascarilla tiene un costo de 100 pesos que, aseguran las artesanas, es una cuota de recuperación debido a las necesidades económicas que padecen a causa de la contingencia.

Muchas viven al día y sus esposos tampoco tienen salario fijo, ya que en su mayoría son obreros, por lo que ante la necesidad de sobrevivir a la pandemia del Covid-19 optaron por confeccionar mascarillas con diseños tradicionales.

De marzo a mayo, cada artesana hacía entre tres y cinco trajes regionales, pero todo se interrumpió y los clientes cancelaron los pedidos, por lo que decidieron hacer cubrebocas y recuperar algo de su inversión.

Sarahí Flores Rasgado, artesana con más de 10 años de experiencia, explica que a falta y cancelación de atuendos tradicionales se vieron obligadas a confeccionar tapabocas. Creímos que todo pasaría muy rápido, pero ya vemos que no, esta cuarentena se ha extendido, por eso decidimos seguir con lo que sabemos hacer, que son los bordados y tejidos; vivimos al día, no tenemos salario fijo. Esperamos que con estas ventas podamos lograr recuperar al menos lo que invertimos mientras pasa la crisis de esta enfermedad.

Se reúnen todas las tardes y entre varias van tejiendo cada uno; se ayudan, se complementan en sus hilos y tejidos. Las 20 artesanas anhelan pedidos y compras, por lo que están abiertas a la distribución a escala nacional e internacional.

“Pedimos que nos ayuden adquiriendo una mascarilla. El precio lo vale, porque son tejidos tradicionales elaborados artesanalmente. Le dedicamos tiempo y esfuerzo.

Esto lo hacemos porque deseamos mejorar nuestra economía en plena crisis por el Covid-19, por ahora es la única forma que tenemos de obtener ingresos para nuestras familias, concluyeron.

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