La entrevista: el arte de la atemporalidad

La entrevista: el arte de la atemporalidad

– Philippa Angioletti –

La Jornada Semanal

El poeta y crítico literario Malcolm Cowley elogió las entrevistas de ‘The Paris Review’ y aseveró que los entrevistadores y los entrevistados generan una experiencia literaria común entre ambas partes, afín al lector.
La entrevista literaria –una conversación humanista en el sentido estricto del término– es un arte que recientemente ha recobrado interés entre los lectores a nivel global. La escritora Maria Popova recuerda, en el ensayo “La historia del origen de The Paris Review y su secreto para el arte de la entrevista”, que en la primavera de 1953 “The Paris Review construyó desde cero un nuevo paradigma para el arte de la entrevista, que perdura como patrón”.

En el prólogo a la antología de 1958 Writers at Work. The Paris Review Interviews [El oficio de escritor. Las entrevistas de The Paris Review], “el inimitable Malcolm Cowley, quien editó la colección, relata la historia del origen de The Paris Review y examina el secreto que hizo que sus entrevistas fueran un escalón tan atemporal del oficio”, dice Popova. Esa es la apuesta de todo gran entrevistador: alcanzar la atemporalidad.

El poeta y crítico literario Malcolm Cowley escribió: “Quizá debido a los tiempos cambiantes, las conversaciones literarias en The Paris Review han sido de un orden diferente. Los entrevistadores pertenecen a una nueva generación a la que se ha llamado ‘silenciosa’, aunque ‘la generación que espera, escucha y pregunta’ sería un mejor término. Han hecho las lecturas asignadas, han hecho las preguntas correctas […] y han escuchado atentamente las respuestas. Los autores, más conscientes de su oficio de lo que solían ser, han hablado de él sin pomposidad.”

”Todos tienen personalidades fuertemente marcadas que se revelan […] en sus comentarios más simples, y ninguna personalidad se parece a otra. Sin embargo, a pesar de su diversidad, lo que surge de las entrevistas es una imagen compuesta del escritor […]. No tiene rostro, ni nacionalidad, ni antecedentes en particular, y digo ‘él’ por convención gramatical, ya que tres de los autores son mujeres; pero todos tienen algo en común, una actitud hacia la vida y el arte, algún fondo de experiencia común.”

“Los entrevistadores [de The Paris Review] generalmente trabajaban en parejas, como agentes del fbi”, escribió Cowley. “Dado que no había equipo de grabación disponible para las primeras entrevistas, ambos anotaban las respuestas a sus preguntas a toda velocidad y luego emparejaban las dos versiones. Con dos hombres escribiendo, el ritmo podría mantenerse casi al nivel de una conversación natural. Algunas de las entrevistas posteriores […] se hicieron con una grabadora. Después de dos o tres sesiones, los entrevistadores mecanografiaban su material; luego se editaba, se disponía en orden lógico y se enviaba al autor para su aprobación.”

A algunos de los escritores no les gustó la idea de ser entrevistados, pero dieron su consentimiento. A la vez, varios autores estaban interesados en hablar del proceso creativo. “Quizá la experiencia y juventud [de los entrevistadores] fueron ventajas positivas”, expresó el poeta estadunidense.

Muchas de las fascinantes ideas de Malcolm Cowley continúan vigentes e influyen en el ámbito de la entrevista. Y The Paris Review sigue en excelente forma.

 

 

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