«Generación amarga» retrata el sentir de una juventud enojada en una sociedad en crisis. Obra de John Osborne

Generación amarga retrata el sentir de una juventud enojada en una sociedad en crisis
Elenco que participa en la obra de John Osborne que se presenta en el Teatro Rafael Solana.
Ana Mónica Rodríguez
La Jornada

Un coctel incendiario de rabia, amor y pasión de emociones y conflictos emerge en Generación amarga (Look back in anger), a través de una historia que retrata de manera cruda y poderosa el sentir de una juventud encolerizada en una sociedad en crisis.

La obra de John Osborne tiene temporada en el Teatro Rafael Solana es una bomba teatral que marcó un antes y un después en la geografía del teatro británico en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, la cual se ha convertido en uno de los clásicos del realismo sicosocial de la segunda mitad del siglo XX y en ícono de la dramaturgia universal, pero ahora adaptada al México de la década de los noventa.

Frida Astrid quien encarna a Elena contó sobre el montaje codirigido por Enrique Singer y Tanya Selmen: la historia se desarrolla en el matrimonio de Víctor (José Ángel Bichir) y Amelia (Ela Velden) que viven en departamento en una azotea y conviven con su vecino Sergio (Jero Medina), pero los tres son personajes de diferentes clases sociales.

A la vez, la colonia donde se ubica este departamento es considerada una zona de clase media-baja, a la cual da forma la propuesta sonora cuidadosamente diseñada para que el lugar sea invadido e irrumpido en momentos claves por sonidos que provienen del exterior.

La actriz describió: Víctor es un hombre de la clase trabajadora que a pesar de su educación universitaria no consigue destacar ni trascender. Vive furioso y desilusionado y desencadena una guerra sin piedad contra la hipocresía social y la diferencia de clases. Su esposa Amelia, de clase alta, es agredida y arrastrada por la ira de Víctor, anhela una vida diferente y se debate entre la sumisión y la rebelión. Cuando llega Elena, seductora y manipuladora, se revelan secretos, las tensiones y conflictos se multiplican y las pasiones se desatan.

La trama fue adaptada al México de mediados de los noventa, en una nación que no tenía nada que ofrecer a sus jóvenes y esta desgarradora historia retrata de una manera visceral toda la ira y la frustración de los jóvenes que durante esta década perdieron los ideales que le daban sentido a sus vidas.

Mi personaje de Elena, dijo Frida Astrid, llega como pólvora a desencadenar y resaltar aún más los conflictos sobre clases sociales, ideologías religiosas y políticas hasta irrumpir en la relación que existe entre todos; esta obra es sobre las relaciones interpersonales entre cuatro jóvenes que vivieron antecedentes diferentes y ven al país de forma distinta.

Esta joven mujer “tiene un compás moral y religioso importante; se rige por lo que está bien o mal, así como por lo que le han enseñado en cómo se debe comportar alguien… creció en una familia con dinero, tuvo educación privada y llegó a este departamento humilde donde se cuestiona la forma de vida que ha tenido”.

En el montaje, subrayó, no hay villanos, no hay buenos, cada uno tiene su sombra o su luz y oscuridad; con estos personajes el público se podrá identificar con cosas o en destellos de las situaciones como sucede en la vida misma.

Lo cierto, puntualizó la actriz, es un retrato feroz de la vida y el amor envenenado en una sociedad en crisis, aderezado en estallido de ideales y amargura que desafía y confronta sin piedad a la sociedad y al espectador mismo.

La obra traducida y adaptada por Alfredo Michel Modenessi, también tiene referencias sonoras de la época con música y programas de Tv de aquel entonces.

Generación amarga se presenta en el Teatro Rafael Solana del Centro Cultural y Social Veracruzano, ubicado en avenida Miguel Ángel de Quevedo 687, Coyoacán. Funciones: sábados 18 y 20 horas y domingo 17 y 19. Hasta el 3 de septiembre

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