‘La pintura en la pared.Una ventana a las escuelas normales rurales»

Rescata ‘La pintura en la pared’ el papel de las normales rurales en luchas sociales

Este libro «busca ser un ejercicio de memoria histórica», apuntó durante la presentación el coordinador de Opinión de ‘La Jornada’
Si México es hoy un poco mejor de lo que era hace unos años, un poco más democrático y un poco más justo, “se debe en mucho a la lucha de los maestros, especialmente de los maestros rurales”, afirmó el escritor y periodista Luis Hernández Navarro.

En la presentación de su libro La pintura en la pared: Una ventana a las escuelas normales y a los normalistas rurales, efectuada el miércoles pasado en el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (Inehrm), el también coordinador de Opinión de La Jornada destacó el importante papel de los maestros normalistas, sobre todo los rurales, en las historias de los movimientos populares en México a lo largo del siglo XX y principios del XXI, en los que se han desempeñado como “bisagras que asumen liderazgos”.

Ejemplificó con el caso del profesor Vicente Estrada Vega, quien estudió para maestro en la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, en Ayot-zinapa, Guerrero, donde conoció e hizo muy estrecha amistad con Lucio Cabañas, a quien apoyó para que encabezara la Sociedad de Alumnos a finales de los años 50 y, más adelante, en su lucha en la guerrilla y la formación del Partido de los Pobres.

El profe, explicó el autor, apoyó la lucha de Othón Salazar por la democratización del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y conoció a Genaro Vázquez. Asimismo, junto con el mayor Félix Serdán, también maestro, y con el profesor rural Plutarco Emilio García, reorganizó el jaramillismo después del asesinato de Rubén Jaramillo y, comprometido con el estado de Guerrero, participó en las luchas cívicas en los años 60.

Acompañado en la presentación por los historiadores Noemí Juárez y Pavel Navarro, Luis Hernández Navarro resaltó que su libro La pintura en la pared, publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), “busca ser un ejercicio de memoria histórica” y tiene como propósito fundamental rendir homenaje a las normales y los normalistas rurales.

“Este libro nace de la indignación, del coraje, de la rabia; su escritura no es ajena a estos sentimientos”, aseguró el autor, quien explicó que “la razón fundamental” para hacerlo fue la desaparición de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa y la campaña de desprestigio que se orquestó en su contra.

La brutalidad de su desaparición, ese 26 de septiembre de 2014, “impactó tremendamente”, explicó; “pero, agravio sobre agravio, lo que más impactó después fue la campaña de estigmatización y de basura con la que se quiso justificar este crimen de Estado, y con la que se sigue queriendo justificar y que sigue sin haberse esclarecido. Sigue siendo una herida abierta”.

Describió la manera en la que se presentó a esos estudiantes como delincuentes y vándalos con una campaña que, a su decir, se mantiene viva: “Las imágenes que se construyeron sobre ellos fueron absolutamente racistas, denigrantes”.

Fue entonces que emprendió esta obra editorial, dijo, “para contrastar qué son realmente las normales rurales y quiénes son los normalistas rurales, de lo que se dice de ellos”.

El escritor y periodista aclaró que La pintura en la pared busca establecer un hilo invisible a partir de cuatros aspectos: “Por un lado, la historia, en lo general, del normalismo rural y una partecita de la escuela rural mexicana; segundo, la historia de algunas normales rurales en particular; tercero, la biografía de egresados de esas normales rurales que desempeñaron o siguen desempeñando responsabilidades en grandes y pequeños movimientos, y cuarto, algunos movimientos populares, sobre todo, de las décadas de los 70, 80, 90 impulsados por las normales rurales”.

Tras subrayar que dicho texto de Hernández Navarro contribuye a mantener fresca la memoria e invita a la reflexión del derrotero del normalismo rural, Pavel Navarro afirmó que “quien se atreve a criticar al FCE por la publicación del libro, solamente refleja una completa ignorancia y una cerrazón a la comprensión sobre la historia de la izquierda mexicana y escamotea el mínimo reconocimiento a las luchas magisteriales”.

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