Con la apertura de
Millones de peregrinos de todo el mundo acudirán con este motivo adonde, según la tradición, se encuentra la tumba del apóstol Santiago.
Se trata del Año Santo Compostelano número 119, desde que el Papa Calixto II, en 1120, concediera a
Con motivo de la «gran perdonanza», Benedicto XVI ha enviado este mensaje.
Arzobispo de Santiago de Compostela
1. Con ocasión de la apertura de
Con este acto solemne, se abre un tiempo especial de gracia y de perdón, de la «gran perdonanza», como dice la tradición.
Una oportunidad particular para que los creyentes recapaciten sobre su genuina vocación a la santidad de vida, se impregnen de
2. Santiago de Compostela se distingue desde tiempos remotos por ser meta eminente de peregrinos, cuyos pasos han marcado un Camino que lleva el nombre del Apóstol, hasta cuyo sepulcro acuden gentes especialmente de las más diversas regiones de Europa para renovar y fortalecer su fe.
Un Camino sembrado de tantas muestras de fervor, penitencia, hospitalidad, arte y cultura, que nos habla elocuentemente de las raíces espirituales del Viejo Continente.
El lema de este nuevo Año Jubilar Compostelano, «Peregrinando hacia la luz», así como la carta pastoral para esta ocasión, «Peregrinos de la fe y testigos de Cristo resucitado», siguen fielmente esta tradición y la reproponen como una llamada evangelizadora a los hombres y mujeres de hoy, recordando el carácter esencialmente peregrino de
En el Camino se contemplan nuevos horizontes que hacen recapacitar sobre las angosturas de la propia existencia y la inmensidad que el ser humano tiene dentro y fuera de sí, preparándole para ir en busca de lo que realmente su corazón anhela. Abierto a la sorpresa y la trascendencia, el peregrino se deja instruir por
Pido fervientemente al Señor que acompañe a los peregrinos, que se dé a conocer y entre en sus corazones, «para que tengan vida y la tengan en abundancia» (Jn 10, 10). Ésta es la verdadera meta, la gracia, que el mero recorrido material del Camino no puede alcanzar por sí solo, y que lleva al peregrino a convertirse en testigo ante los demás de que Cristo vive y es nuestra esperanza imperecedera de salvación. En esa Archidiócesis, junto a otras muchas organizaciones eclesiales, se han puesto en marcha múltiples iniciativas pastorales para ayudar a lograr este fin esencial de la peregrinación a Santiago de Compostela, de carácter espiritual, aunque en ciertos casos se tienda a ignorarlo o desvirtuarlo.
3. En este Año Santo, en sintonía con el Año Sacerdotal, un papel decisivo corresponde a los presbíteros, cuyo espíritu de acogida y entrega a los fieles y peregrinos ha de ser particularmente generoso. Peregrinos también ellos, están llamados a servir a sus hermanos ofreciéndoles la vida de Dios, como hombres de
4. En esta circunstancia, expreso mi especial cercanía a los peregrinos que llegan y seguirán llegando a Santiago. Les invito a que hagan acopio de las sugestivas experiencias de fe, caridad y fraternidad que encuentren en su andadura, a que vivan el Camino sobre todo interiormente, dejándose interpelar por la llamada que el Señor hace a cada uno de ellos. Así podrán decir con gozo y firmeza en el Pórtico de
5. Agradezco cordialmente a