George Steiner,1929-2020 y uno de los pensadores más destacados de los siglos XX y XXI

George Steiner y la profundidad del mar

Alejandro García Abreu

George Steiner (París, 1929-Cambridge, 2020) –uno de los pensadores más destacados de los siglos XX y XXI, autor de libros esenciales como ‘La idea de Europa’, ‘Un lector’, ‘Presencias reales’ y ‘El silencio de los libros’– fue un maestro del ensayo y, a la vez, resultó un narrador excepcional. Su primer cuento publicado fue “En lo profundo del mar” (1956), sobre el que versa el presente artículo.

 

Prosa poética y referencias marítimas

“Lo profundo del mar estaba llevando al señor Aaron Tefft al borde de la locura. En las cartas de navegación que empapelaban las paredes de su estudio de Salem, las fosas estaban marcadas con tintas de tonos cada vez más estridentes”, escribió George Steiner (París, 1929-Cambridge, 2020). Explorador de la intimidad, de la psique, retratista de la caída de un hombre, Steiner –uno de los intelectuales más importantes de los siglos XX y XXI, autor de libros primordiales como Tolstói o DostoievskiPasión intactaLos LogócratasExtraterritorial Nostalgia del absoluto–, escribió un cuento sustentado en múltiples reflexiones sobre la confianza y el origen de múltiples pensamientos y sentimientos trascendentes e insondables.

Las olas azotan ese relato primigenio de Steiner. En su cuento “En lo profundo del mar” (1956) –que da título al libro homónimo (traducción de Daniel Gascón, Siruela, Madrid, 2016), publicado originalmente en 1996– narra la historia de Aaron Tefft, un viejo comerciante marítimo casado con la hermosa y joven Katherine Langley Tefft –recuerda Dustin Kidd, investigador de la University of Virginia, en el ensayo “The Aesthetics of Truth” [La estética de la verdad]. Consciente de la muerte inminente de Aaron Tefft, Katherine se hace amiga y se enamora de John Talford, un joven arquitecto. Habiendo elegido a su futuro segundo marido, Katherine espera pacientemente la muerte de Tefft. Cada día que pasa, dice Kidd, parece levantarle el ánimo mientras hace planes para el futuro cuando ella y su nueva pareja puedan vivir de la rica herencia que Tefft dejaría. “En la narración de Steiner, Aaron Tefft elige el suicidio, pero sólo después de hacer arreglos para asegurarse de que Katherine y Talford no reciban nada de su patrimonio”, concluye Kidd.

A través de una prosa poética centrada en referencias marítimas, Steiner demostró en su primer relato publicado la intranquilidad, los abismos, la penuria de su mar interior.

 

Rumbo a la fatalidad

Tefft pensó en los lugares “por donde empiezan la noche absoluta y el frío inhumano, pero donde rayos luminiscentes arrojan sus dardos de fuego”.

Steiner describe un ataque de pánico: “Fue entonces cuando tuvo la primera pesadilla, la terrible impresión de ahogo, de ser arrastrado a un insaciable centro por una resaca enorme. Recordaba la lucha por respirar, la loca sensación de enredo y, al final de lo que parecía una era de angustia en reclusión, la salida hacia el frío de la noche. Aaron había corrido a la ventana y había mirado el mar que avanzaba hacia la tierra.” A pesar del sufrimiento, el mar fue la vocación
de Tefft.

Describe su pesadilla recurrente: “el ataúd se rompe y de él cae el señor Tefft. En vez de hundirse hasta el fondo y el olvido de la arena, es capturado por una corriente que pasa y empujado hacia las profundidades”. Steiner se refiere al “cerebro perturbado” de Tefft. Comenzó a sentir celos y odio. Katherine Tefft y Aaron Tefft pelearon de nuevo a causa de Talford.

Aaron Tefft emprende una travesía. “En su viaje la imagen de Katherine lo obsesionó. Como otro hombre la encontraba deseable, Aaron lamentó los años perdidos en el mar, las noches en las que había meditado sobre sus mapas en lugar de estar con ella.” Steiner sigue: “En Honolulú, el señor Tefft se emborrachó ferozmente y fue de un lado a otro por la playa a la luz de la luna […]. Y, entre la luz iridiscente del Pacífico medio, el Hibernia salió hacia Japón.” Steiner oblitera a su personaje:

 

… el señor Tefft vio la imagen de las estrellas y bajo ellas otras estrellas. Y al mirar hacia arriba, no podía distinguir entre las estrellas reales y sus imágenes. El mundo de la noche era como un espejo que daba vueltas, la realidad a veces estaba por debajo y a veces por encima del ruido amortiguado del barco. Miró el reloj y contempló el puente para asegurarse de que el segundo oficial estaba en su puesto. Ahora las estrellas estaban tan bajas y brillantes que el agua parecía arder en el horizonte. Altus [en latín la palabra altus significa tanto “alto” como “profundo”; explica tanto el Everest como la gran sima junto a Japón] podía describir las profundidades del mar y las constelaciones más distantes./ El señor Aaron Tefft caminó rápidamente hacia la borda.

 

En el relato “En lo profundo del mar” Steiner recurre al triste movimiento oceánico. En la historia de pérdida, el mar deviene vehículo narrativo de las emociones intensas de un genio del cuento de sólo veintisiete años de edad.

 

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